La amenaza latente de las retenciones
En la última reunión de la Mesa Interprovincial en San Francisco, la palabra más escuchada fue “extorsión”. La pronunciaron allegados al Centro de la Industria Lechera, y nadie de las esferas oficiales quiso desmentirlas.
Una calificada fuente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, por ejemplo, narró la impotencia de Haroldo Lebed para hacerse escuchar en el Palacio de Hacienda. “Economía negocia con un revólver en el cajón del escritorio. Cuando la negociación se pone dura, amenaza con sacarlo y se terminó la posibilidad de hablar”, graficó la fuente, comparando precisamente a las retenciones con el revólver guardado en el cajón del escritorio.
El argumento del gobierno es conocido y discutible. Creen que llevando las retenciones del 5% actual al 20% que ya se le cobran a las exportaciones de granos, la exportación de lácteos -especialmente leche en polvo- perderá atractivos y habrá más oferta para el mercado interno, con lo cual los precios deberían bajar. El impacto se transferiría a los tamberos, por lo que productores, industria y gobiernos provinciales se han unido en un fuerte rechazo a esta amenaza, que quedó parcialmente conjurada con la firma de un acuerdo transitorio entre un grupo de empresas y el Estado nacional, para evitar nuevos aumentos en algunos productos lácteos, al que adhirieron principalmente las empresas santafesinas.
El propio presidente del CIL, Osvaldo Capellino, concurrió a San Francisco para informar a las Mesas sobre el contenido de las negociaciones con el gobierno. “Vine para explicar un tema que es de público conocimiento, como fueron las negociaciones del sector con el Ministerio de Economía (para acordar una política de precios al consumidor que no incluya aumentos en la leche fluida). La Mesa se merecía una explicación de lo que fue todo eso, y por eso participé. No tengo, en cambio, precisiones sobre el trabajo de las comisiones técnicas, porque nuestros técnicos nos representan, ellos informan a la Directiva del Centro y después nosotros venimos con una posición formada”.
Consultado sobre lo que informó respecto a las negociaciones con el Ministerio de Economía, el titular del CIL recordó el acuerdo firmado por algunas empresas para mantener una suerte de tregua de precios. “El CIL lo que hizo fue preparar el terreno para la negociación, no hace política de las empresas, ya que cada empresa tiene sus políticas y sus decisiones propias. El Centro hace la defensa institucional y en este caso se preparó el terreno para llegar a un acuerdo con Economía que satisfacerá a ambas partes. Después, cada firma decide qué hacer frente al acuerdo, porque cada una tiene su posición estratégica”, expresó Capellino.
Fuente: Revista Nuestro Agro.
