Aportes a la construcción de un modelo económico sustentable
Taborda expuso en la conferencia organizada por el periódico El Santafesino Crédito: El Santafesino
Panorama Empresario
Redacción El Santafesino
28 de diciembre de 2015
commodities matriz productiva Unión Industrial

Aportes a la construcción de un modelo económico sustentable

Con la pregunta Qué nos pasó como punto de partida y con la certeza de que durante 40 años y hasta 2001 se implementó una política direccionada a la destrucción del aparato productivo, más la recuperación a partir de 2003, el presidente de la Unión Industrial de Santa Fe, Alejandro Taborda expuso en la conferencia organizada por el periódico El Santafesino junto a Grupo New de Franck, en el marco del 10º Aniversario de esta publicación regional.

Luego de la presentación realizada por el Lic. Exequiel Kay, director de El Santafesino, acompañado por el CPN Pablo Olivares como disertante, Secretario de Política Económica del gobierno provincial y ante un interesante marco de público, el empresario y dirigente industrial estableció los años 2003 y 2004 como la etapa más próspera de la recuperación del sector, a partir de la capacidad instalada ociosa, del crecimiento de las exportaciones y un dinámico mercado interno, con un índice hacia arriba del 200 por ciento.

Los nubarrones que eclipsaron esta etapa radiante comenzaron en 2008 con la crisis financiera en Estados Unidos y una caída del 20 al 30 por ciento del comercio internacional. Momento en el cual para protegerse de esta crisis, el gobierno nacional adopta una serie de medidas para resguardar el mercado interno, principalmente con el cierre de las importaciones y el denominado cepo al dólar. Esto creó una fuerte dependencia del mercado interno.

Entre 2010 y 2015, con un mercado internacional negativo, las medidas anticíclicas extendidas en el tiempo, ya no fueron útiles, al tiempo que cayeron bruscamente las exportaciones. Taborda advirtió que no hubo “un solo economista” que predijo una caída tan marcada del precio del petróleo, con incidencia en los precios de los commodities.

La conclusión luego de este rápido racconto, es que industria argentina creció pero no se desarrolló. “Este gobierno invirtió como nunca en ciencia y tecnología, se otorgaron créditos para la industria de todo tipo, pero con dirección a esta matriz productiva: automotrices e industria electrónica del sur. No hay que ser un experto en economía para darse cuenta que si no elegimos bien la matriz productiva apropiada para un país, caemos en restricción externa irremediablemente”, advirtió el titular de la UISF.

La cruz del sur

Promediando su exposición, expuso un gráfico que marcó una línea ascendente referida a la alta integración nacional de los procesos de producción, otra hacia abajo con menor integración nacional, con un eje trasversal que hacia delante marca más cadenas de valor y hacia atrás menos cadenas de valor. “El ejercicio es sencillo. Más integración nacional con cadenas de valor hacia delante es óptimo: allí ubicamos tecnología, transporte, industria alimenticia, calzado, refinación de petróleo. ¿Qué hicimos? Apoyamos lo que no había que apoyar: automotrices y electrónica, porque tienen una cadena de producción negativa y se nutren de productos importados. Los productos importados requieren dólares y de un mercado interno fuerte. Esto conduce a la restricción externa. Es exactamente lo que nos pasa en este momento”, explicó.

Otras alternativas pueden ser segmentos con alta integración nacional aunque no tengan un encadenamiento positivo. Apostar a las materias primarias como el hierro y el aluminio, hoy en manos de monopolios. “Quienes estamos en industrias primarias que dependen de estos insumos, sabemos que tenemos que pagar un acero de 1200 dólares contra otro importado de 600 dólares. Así será muy difícil ser competitivos”, insistió. Otra opción neutra es la construcción, la molienda de trigo, las industrias lácteas o la maquinaria agrícola que tienen cadenas de valor hacia delante pero tienen poco valor agregado o requieren de productos importados.

En conclusión

Taborda repasó los principales ejes del análisis de coyuntura. “Hoy tenemos los tres problemas: falta de dólares, inflación y caída de la actividad, en un contexto de regresión tributaria y agobio de las economías regionales”. Y advirtió que el sector industrial es el único que puede generar una riqueza sostenida en el tiempo. “No hay país desarrollado en el mundo que haya alcanzado esa condición en base a la producción primaria. La dicotomía campo-industria está superada. Todos sabemos que si no agregamos valor a nuestra producción primaria estamos perdidos” .

Sin perder de vista la necesidad de una mayor profesionalización de las empresas que además permitirá gestionar más financiación, entre otras cosas, el dirigente empresario interpeló al auditorio al señalar que la construcción de un modelo económico justo y en definitiva, la construcción de un país, “viene desde abajo”.

“Debemos llevar la propuestas concretas de desarrollo regional. Una agenda común. ¿Vamos a dejar en manos del gobierno o vamos a ser nosotros los que llevemos una agenda industrial? preguntó. “Tenemos que exigir a nuestros representantes que intervengan en esta matriz productiva. Los industriales y gobernantes tenemos que estar involucrados en crear empleo privado. El máximo responsable en un pueblo o ciudad es el presidente comunal o intendente. Los empresarios, las instituciones, debemos ayudarlos. Acercar el conocimiento y convencer a los capitales para que inviertan en el país”, sentenció.

Finalmente, en un mensaje con tono emotivo, expresó que esto se puede lograr codo a codo, pyme a pyme. Y con el acompañamiento de nuestros gobernantes”. Puntualizó cinco ítem clave ya mismo: un banco nacional de desarrollo; la modificación de la ley de entidades financieras; más infraestructura para bajar costos; apoyo a emprendedores y pymes; y un trabajo mancomunado con intendencias y comunas.

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