
Curiosas tradiciones de Navidad
Japón: banquete en casa de comidas rápidas
La Navidad en Japón se celebra de manera distinta a la que conocemos, ya que no creen en nuestras costumbres católicas. Al ser un país muy tolerante con las distintas religiones que se profesan y, sobre todas las cosas, ser grandes amantes de las fiestas y celebraciones, adoran la Navidad. Para ellos el día de fiesta nacional es el 23 de diciembre, fecha de nacimiento del actual emperador. Gracias a una fuerte campaña de marketing que comenzó hace 40 años, la firma Kentucky Fried Chicken convenció a sus consumidores de que el pollo frito es la comida tradicional con la que Occidente celebra estas fechas. Cenar en esta cadena se convirtió en un rito donde muchos japoneses incluso reservan su “pollo de Navidad” y hacen largas colas para retirar su pedido.
Colombia: alumbrado Navideño
En Colombia, las navidades se inauguran extraoficialmente el día 7 de diciembre, el “Día de las Velitas”. Por la noche, las calles se decoran con velas y linternas de papel, que iluminan los pueblos en un resplandor amarillo en honor a la Inmaculada Concepción. En muchas ciudades los vecinos se reúnen y decoran los barrios, convirtiendo las calles en virtuales “túneles de luz”.
Argentina: ropa interior rosa
Una tradición femenina local y muy popular es el uso de la bombacha rosa. Para algunos, la costumbre es de origen pagano ligado a la procreación y la fertilidad; para otros, está más ligada al cristianismo y el período litúrgico de Adviento, cuando se encendía una vela rosa como símbolo de la alegría que generaba la llegada de Jesús al mundo. Esta costumbre se transmitió de generación en generación como regalo del 24 de diciembre para su estreno el 25 como símbolo de fertilidad, o el 31 para augurar un año de prosperidad y buena suerte.
México: Las Posadas
Las Posadas son fiestas populares que, además de México, se celebran en Guatemala y El Salvador, del 16 al 24 de diciembre. Estas celebraciones recuerdan el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén, mientras buscaban un lugar para alojarse y esperar el nacimiento del niño Jesús, por lo que los vecinos van en procesión casa por casa simulando el pasaje bíblico. Se puede celebrar cada día en una casa diferente, usualmente de familiares, y se utiliza como un punto de reencuentro. Durante la reunión, se rompe una piñata con forma de estrella que cuenta con siete picos, representando los siete pecados capitales. Debe golpearse con un palo (que representa la fortaleza de Dios) con los ojos vendados (en representación de la fe). Al romperse, la caída de los dulces y las frutas representa las recompensas y dones que, por vencer al pecado, reciben todos los participantes.
Colonia, Alemania – Mercado de Navidad
El tradicional Weihnachtsmärkte alemán (Mercados de Navidad) atrae a visitantes de todo el mundo y se remonta a la Baja Edad Media. Todas las ciudades y pueblos cuentan con su propio mercadillo, aunque uno de los más encantadores se lleva a cabo frente a la colosal catedral de Colonia. Uno puede perderse en los pasillos de los puestos en forma de cabaña y adornados con luces brillantes, y descubrir las delicias tradicionales que ofrecen los comerciantes: golosinas, panqueques de papa, dulces de mazapán, el famoso vino caliente especiado, galletas navideñas de diferentes variedades, salchichas alemanas artesanales y castañas que se asan sobre un fuego abierto, entre otras. En el mundo son pocas las celebraciones que pueden competir con el espíritu navideño que transmiten estos mercados.
España: una uva por cada campanada
Si con el pan dulce y los confites llega a la mesa de Año Nuevo un racimo de uvas no hay por qué extrañarse: las tías de la familia no planean una ensalada de frutas improvisada, sino que buscan seguir una tradición española. Se trata de acompañar las campanadas de la iglesia que anuncian la llegada del año nuevo con doce uvas, una por cada sonido -que representan la llegada de las 12 de la noche- y también una por cada mes del año. La costumbre se remonta a principios del siglo XX y, según la teoría más afianzada, por esos años hubo un excedente de uva en las cosechas de Alicante y Murcia, lo que generó que se tome como símbolo de un nuevo año que comienza. Lo más supersticiosos aseguran que a aquel que logre comerlas en forma sincronizada con las campanadas, le espera un gran año.
Dinamarca: romper la vajilla
Si pasás un Año Nuevo en una casa en Dinamarca y de repente escuchás un tremendo estruendo en la puerta del hogar, no te asustes: es un buen augurio que un vecino quiso regalarte para el año que comienza. Es que en algunas zonas, romper platos, vasos y otra vajilla aun es un hecho normal por estos días que se traduce en buenos presagios.