Inger SRL tiene grandes expectativas de exportación
El 8 de octubre de 2013 se inauguró la primera planta de producción en el área industrial Los Polígonos. Se trataba de Inger SRL -del grupo empresario IQA-, una empresa dedicada a la fabricación de productos químicos para la industria celulosa, papelera y foresto-industrial. Como cualquier aventura emprendedora, fue una apuesta luego de pasar un tiempo en un galpón ubicado al norte de la ciudad de Santa Fe. Al cabo de dos años de radicación, en Inger proyectan más obras para la -tal cual la llaman- “casa propia” y se trazaron un objetivo superador: ingresar en el mercado extranjero.
“En el predio que estábamos antes, ya no podíamos seguir. Nos ofrecieron espacio en otro parque industrial pero los costos eran altos. Tuvimos la suerte de dar con las autoridades de turno (por Mario Barletta y José Corral), quienes nos sugirieron mudarnos al galpón de Peñaloza para seguir desarrollándonos”. Lo cuenta Osvaldo Ronsoni, director general de Grupo IQA, en diálogo con El Santafesino. Cuando nació la idea de Los Polígonos, volvieron a buscarlo a Ronsoni para ofrecerle un lote allí, con mayor espacio, utilidades y posibilidades de expansión.
Dice que todas las industrias químicas del país nacieron así: mezclando con el balde. Incluso, que hay multinacionales que tienen experiencias similares, de haber largado con muy poco y luego tomar una curva ascendente con éxito. “Yo tengo que ser un agradecido a mis hijos también, que me abrieron la cabeza en muchas cosas para dejar de lado el conservacionismo que tenemos los más grandes. Gracias a eso, tenemos la casa propia y todavía nos falta mucho. Estimamos que en 2016 tendremos todo completo, con el tinglado que nos falta y algunas obras más”, adelantó el titular de la empresa.
La ventaja del nuevo emplazamiento le permitió a Inger, entre varios aspectos, tener el sistema de seguridad y ambiente controlado. “Cuando uno trabaja con químicos -advierte Ronsoni-, debe considerar otro tipo de recaudos. Llevo 35 años en la industria química, por eso sé que este lugar tiene recursos valiosos: es cómodo y ventilado. No hacemos productos con desprendimiento de gases, pero lo haremos cuando tengamos el reactor. Las emulsiones acrílicas se hacen producto de la mezcla de monómeros, que hoy la hacemos en Buenos Aires porque acá todavía no tenemos los medios”.
Para el año entrante, la firma Inger estaría en condiciones de alquilar un reactor con una capacidad de producción de dos toneladas, con el fin concentrar todo el trabajo en la planta de Los Polígonos. A priori, ese equipamiento le permitirá al grupo empresario diversificar la producción en el mercado.
Productos y perspectivas
Dentro del volumen de producción, Inger alcanzaba en 2014 un promedio 40-50 toneladas por mes; hoy se elevó a 100 toneladas mensuales de venta de químicos en general. El bastión de mercado para la firma es la elaboración de desincrustante y antiincrustante de calcio, que se trabaja en la industria celulosa.
Asimismo, fabrican antiespumante y biocidas para piletas de la industria papelera. Los principales clientes del Grupo IQA son Ingenio Ledesma, papeleras de Jujuy y Entre Ríos, Papel Misionero y Alto Paraná. Son los cinco grandes de la Argentina.
-Hay un mercado nacional consolidado para la empresa. ¿Qué horizontes abre el exterior?
-Estamos tratando de incursionar en Uruguay. Lógicamente, tenemos debilidades y fortalezas, como todos. Hoy somos chicos y competimos contra monstruos de capitales norteamericanos con fabricación en Brasil. Pero dentro de las fortalezas, somos un par de veteranos que tenemos más de 30 años en la industria de celulosa, papel y química, entonces corremos con ventaja por conocer la actividad.
Soluciones integrales
Según destaca Ronsoni, el trabajo de Inger se caracteriza por brindar una rápida respuesta a su cartera de clientes del país. “Nos ayudó mucho el freno a las importaciones. Nosotros tenemos la capacidad de abastecer una demanda interna en pocos días, ya que por ahora podemos contar con la materia prima, aunque a veces no es fácil conseguirla. Y si se requiere algún asesoramiento en cualquier punto del país, a las pocas horas estamos allí viendo qué ocurre. Yo lo viví siempre del lado del cliente, por eso comprendo las urgencias y las exigencias del mercado”, detalla.
Otra de las ventajas operativas de la firma es que trabaja con la división de celulosa y papel de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). “Las muestras se realizan rápidamente, así los diagnósticos están al instante y se pueden detectar posibles problemas de una semana para la otra. No lo hacemos nosotros al análisis para que el cliente no tenga ninguna duda. Es un servicio personalizado que tenemos, dentro de las fortalezas que ofrecemos”.