
La actividad ovina y un futuro que promete
Luego de haber conocido su verdadero potencial a finales del siglo XVIII, cuando en la provincia había 2 millones de cabezas ovinas, hoy paso a paso o mejor dicho, año tras año en Santa Fe la actividad recupera ese terreno perdido. La ganadería ovina se ha convertido atractiva para el pequeño productor, que gracias a la Ley Ovina, está generando un crecimiento sostenido alcanzando en la actualidad unas 80 mil ovejas.
Sobre este tema el Doctor Jorge Sosa, representante de la Universidad Nacional del Litoral ante la Unidad Ejecutora Provincial de la Ley Ovina a través de las Facultades de Ciencias Veterinarias (FCV) y Ciencias Agrarias (FCA), manifestó que la actividad se puede desarrollar bien en nuestro territorio provincial, a pesar de que se enfrentan algunas complicaciones que están vinculadas a la cultura de la población que aún no está acostumbrada a consumir carne ovina.
“La gente consume este tipo de animal en las fiestas y en alguna ocasión especial. Su consumo per cápita es mínimo. A esto se le suma la ausencia de cortes que se presentan en el mercado y sobre los que se ha trabajado para facilitar su preparación en la cocina”, remarcó.
Sosa agregó que al ser una producción estacional los frigoríficos no quieren introducir en sus plantas este tipo de animales debido a que no tienen un abastecimiento constante. “Para revertir esta situación se debe incorporar tecnología -hormonas-, buscando inducir los celos de las ovejas fuera de temporada, para que de esta manera se pueden obtener corderos a partir de marzo, lo cual, resulta más atractivo para los frigoríficos”.
La provincia cuenta con la posibilidad de producir ovejas en campos del norte santafesino donde existe el pasto natural; utilizando el pastoreo mixto y del que se cuenta con numerosos ensayos demostrando los beneficios que esto produce. En el sector centro-sur provincial se puede trabajar sobre pasturas implantadas con alta carga o realizar la actividad de engorde a corral.
“La zona de producción principal se encuentra en sectores de la Ruta 1, donde se está produciendo cordero. Además hay varios productores en Pilar, Bernardo de Irigoyen, Esperanza, Gálvez y Cayastá, que trabajan en ganadería ovina’’ reveló.
Feria Ovina
En la Escuela Granja de Esperanza, se llevó a cabo por segundo año consecutivo la Feria Ovina, que en esta edición duplicó la cantidad de público que se hizo presente en el predio para conocer aún más sobre la actividad.
Sobre este tema Sosa manifestó que la producción ovina tiene un futuro extraordinario en la provincia para los productores más chicos quienes pueden implementar una alta carga y un buen nivel de eficiencia, permitiéndole ser tan rentable como la soja. “Hay ensayos de 6 ovejas por cada vaca y eso le permite generar una alternativa de retorno rápido. El ciclo de 9 de meses de la oveja permite un rápido retorno de capital, y eso permite incrementar la rentabilidad”.
Para Sosa la gran afluencia de público provino del impacto regional que esta actividad está causando en los productores, ya que muchos expusieron sus animales. “Además se generan muchos contactos, con los cabañeros y con los proveedores de insumos. Se faenaron alrededor de 60 corderos y se consumieron más de 900 kilos de carne a la parrilla, más el kepe y el gulash”.
El evento contó con varios stands, una recorrida por el tambo ovino y el segundo concurso de asadores a la estaca del que participaron 14 cocineros.
Demandas
La Sociedad Rural Argentina solicitó asistencia urgente para los productores de la Patagonia, a partir de la erupción nuevamente del volcán Puyehue. “En esta particular zona de la Argentina, la producción ovina fomenta el arraigo, impulsando el desarrollo de la región”, indicó Carlos Vila Moret (h), director de la Sociedad Rural Argentina y presidente de la Asociación Argentina Criadores de Corriedale, al referirse a la solicitud planteada a las autoridades nacionales, en procura de medidas de apoyo a los productores castigados por la erupción del volcán Puyehue en las provincias sureñas.
“La Patagonia se encuentra en crisis desde hace varios años por los efectos de la sequía, los vaivenes en el precio de la lana y el continuo aumento de los costos. La meseta central del Chubut se encuentra en una situación dramática por las consecuencias emanadas de la erupción del volcán chileno: la mezcla del viento, el calor, la sequía y las cenizas aumentó gravemente la mortalidad de animales”, apuntó Moret (h).
Crece el temor de la hacienda perdida, los campos abandonados y el desarraigo se vuelve una realidad en esa zona del país. “A esto se suman las lesiones oculares, respiratorias, digestivas, bucales y cegueras en el ganado ovino”, finalizó.