Lo que no servía en Diputados fue a parar a un Hospital
La capacidad de asombro no se agota: los diputados provinciales volvieron a sorprender. A principios de este año, cuando el temor a los saqueos todavía jaqueaba y los desocupados invadían aún las calles con sus protestas, la Cámara Baja comenzaban 2002 con energía renovada: se habían cambiado las alfombras, pintado las paredes, barnizado las bancas, suplantado el sistema de sonido e instalado nuevos equipos de aire acondicionado. Se gastaron 350 mil pesos.
Por aquellas tórridas tardes de febrero, tanto el presidente del cuerpo, Alberto Hammerly, como el Secretario Administrativo, Edgardo Fiol, explicaron que era casi imprescindible cambiar los equipos de refrigeración. Eran obsoletos, viejos, casi inutilizables.
Por eso se licitó la compra de otros nuevos. Y se compraron. El recinto tuvo así un aire central 0 KM y otros equipos menores se repartieron en el resto de las oficinas del cuerpo. “En bienes de capital, entre los que se incluyen equipos informáticos y los de refrigeración, se invirtieron 140 mil pesos”, precisó Fiol.
La noticia sobre los legisladores que volvió a sacudir esta semana a la sociedad fue difundida hasta ingenuamente por el director del Hospital de Rehabilitación de la ciudad, Dr. Manuel Calvo.
“Agradecemos el gesto solidario de los diputados que nos donaron sus aparatos de aire acondicionados: el equipo central que tenían en el recinto, y otros quince equipos más. Nosotros los hicimos reparar y con sólo cuatro mil pesos que nos demandó la instalación, logramos refrigerar absolutamente todo el Hospital”, dijo encantado el médico.
Así fue. Los aires que supuestamente ya no servían fueron reparados. Pero los nuevos se quedaron en la Cámara de Diputados, y los “obsoletos y arreglados” fueron a parar a un hospital público de la ciudad.
Apenas dos días antes de ese anuncio a la prensa, el propio Hammerly junto a Carlos Reutemann habían recorrido las instalaciones del nosocomio para apreciar las mejoras a las que los diputados habían contribuido.
“A mí me llevaron a ver el Vera Candioti la semana pasada”, confesó el gobernador consultado sobre el tema. Esquivo, le pidió a la periodista que preguntó: “No me haga meter con otro Poder que es independiente”. Sin embargo, ante la insistencia admitió que “todas (las involucradas en la cuestión) son personas grandes y son ellas las que deben responder. No puedo contestar yo por lo que hace un legislador o un integrante del Poder Judicial”, se limitó a decir.