Recesión y pandemia: preocupante escenario macroeconómico y sociolaboral en Santa Fe
Santa Fe, bajo la lupa de las estadísticas oficiales de empleo. Crédito: Gentileza Drones Max

Recesión y pandemia: preocupante escenario macroeconómico y sociolaboral en Santa Fe

De las publicaciones oficiales recientes, los datos que llamaron la atención por su nivel elevado fueron las tasas de desocupación abierta en el Gran Santa Fe (20,3%) y Gran Rosario (17,9%), pero específicamente en el primero de dichos aglomerados ya que igualaba el registro de octubre de 2001.

La economía argentina venía de cerrar el año 2019 con una caída económica durante dos años consecutivos. El PBI del año 2019 observó una disminución acumulada del 7,4% respecto al del año 2017.

Para cuando la pandemia de COVID-19 irrumpió en nuestro país, hacia fines del primer trimestre de 2020, la economía argentina mantenía esa tasa acumulada de caída en su PBI.

Los datos de la macroeconomía de la Provincia de Santa Fe marcaban una tendencia con el mismo signo. El Indicador Sintético de Actividad Económica de la Provincia de Santa Fe publicado por el IPEC arrojaba a marzo de 2020 una caída acumulada del 7,3% respecto a marzo de 2017.

Tales tendencias en materia de producto y actividad económica comenzaban a observarse en indicadores del mercado laboral. En el Gran Santa Fe, la tasa de desocupación pasó del 5,1% en el segundo trimestre de 2017 al 7,4% en el segundo trimestre de 2019.

Sobre llovido… el COVID-19

Hace menos de un año se conocían las primeras noticias provenientes desde China sobre un virus que estaba “sacando de cauce” los modos habituales de abordaje sanitario para este tipo de micro organismos. La palabra “coronavirus” pasaba aún desapercibida.

Solo nueve meses atrás, desde nuestro verano de hemisferio sur, contemplábamos con cierto asombro la dinámica sanitaria del coronavirus en toda Europa y las señales de impacto sobre las distintas variables de la economía mundial. Ahí ya nos familiarizamos con la palabra “coronavirus” y las siglas COVID-19.

Algo más de un mes transcurrió desde que se concretó la noticia sobre los primeros habitantes de nuestro país infectados de COVID-19. Tras unos primeros meses donde hubo un predominio claro sobre la prevalencia de lo sanitario en la toma de decisiones de gobierno, comenzó a complejizarse el debate político y social para trascender la esfera del debate y expandirse a la dinámica social en un sentido amplio.

A partir de allí se disparó una verdadera vorágine que, anclándose en un dilema central –tal vez más aparente que real- entre salud y economía instaló una dinámica política y social tan compleja que combina debates de alto nivel político con episodios de dogmatismos y pseudo debates que rozan muchas veces el grotesco o el ridículo.

La pandemia impacta la economía de todos los países, solo que cada uno define –sin un marco claro de probabilidades- sobre la dinámica de dicho impacto. Esto debe quedar claro: la causa del impacto es de la pandemia. El aislamiento preventivo, distanciamiento preventivo con sus fases u otros eufemismos son algunas entre distintas formas de canalizar dicho impacto. A partir de la existencia de la pandemia, no existe escenario posible alguno para que una sociedad mantenga indemne su sistema económico y funcionando “en régimen normal”.

Las regulaciones en la movilidad de las personas influyen en la actividad económica por una doble vía:

– Impacto por el lado de la oferta: la regulación pública dificulta o impide la producción en un conjunto dado de actividades. La caída en la producción como consecuencia de tales regulaciones resulta heterogénea en las diversas actividades productivas, ya que las medidas de excepción autorizadas por el gobierno impactan de modo diferente según el sector económico de que se trate y en virtud que hay actividades para las cuales la prestación del servicio tiene mayor grado de compatibilidad con dichas regulaciones.

– Impacto por el lado de la demanda: la reducción de la actividad productiva genera una caída de ingresos o activos (“efecto pobreza” el término utilizado en economía) en la población, disminuyendo el nivel de ingresos promedio de ésta, generando, en consecuencia, una menor capacidad de consumo en el mercado interno.

Además del consumo, la inversión se ve afectada -y tal vez con mayor intensidad- debido a que se adicionan otros efectos, especialmente en las expectativas. Por último, dado que la pandemia está teniendo efectos en la actividad económica a nivel mundial, también la demanda externa (exportaciones) se ve afectada.

Los datos del 2do Trimestre: una foto que alerta

Datos de reciente publicación del INDEC y del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación nos permiten observar un panorama delicado en variables macroeconómicas y socio-laborales.

Si bien en el largo plazo la evolución de ambos tipos de variables converge, no necesariamente lo hacen en el corto plazo. Sin embargo, en este caso, al tomar los últimos datos disponibles de PBI, agregados macroeconómicos nacionales, actividad económica provincial, indicadores del mercado laboral y empleo registrado, se observa que sus variaciones guardan entre sí un alto grado de uniformidad.

Mientras nos encontrarnos transcurriendo las últimas semanas del 3er trimestre del año y teniendo en cuenta la vertiginosidad de los acontecimientos con potencial de modificar trayectorias, los datos del 2do trimestre de 2020 permiten una mirada del pasado inmediato reciente pero sin conocer el instante presente. Se asemeja a intentar conocer el curso de un vehículo que viaja a toda velocidad mirando por la luneta trasera del mismo.

PBI, agregados macroeconómicos e indicadores provinciales

Todas variables principales de la economía real arrojan caídas significativas al segundo trimestre de este año.

El PBI se redujo un 16,2% en un solo trimestre, una caída brusca que la ubica entre las más altas entre los registros históricos. Tal caída trimestral ha llevado a que la caída interanual (2do trimestre de 2020 vs 2do trimestre de 2019) alcance el 19,12%. El análisis del primer semestre completo de este año marca una caída del 12,6% respecto al primer semestre de 2019.

A la hora de analizar cuáles son los agregados macroeconómicos que mayor influencia han tenido en dicha caída del PBI, debe señalarse en primer término la evolución de la demanda global, la cual en el 2do trimestre de 2020 observó una retracción interanual del 21,1%.

Entre los componentes de dicha demanda global se observa claramente que el bloque de los agregados internos como el Consumo Privado, el Consumo Público y la Inversión (lo que se conoce como “absorción interna”) ha tenido una caída mucho mayor al componente externo de la demanda (exportaciones). En cambio, si el análisis se realiza por cada componente de la demanda global considerados en forma individual, el que menor caída ha tenido fue el consumo público con una reducción del 10,1% interanual respecto al 2do trimestre de 2019.

El componente de la demanda más afectado fue la inversión, observando un desplome del 38,4% interanual en el 2do trimestre de 2020, seguida por el consumo privado con una caída interanual del 22,3%. En tercer lugar, las exportaciones manifestaron en el 2do trimestre de 2020 una caída interanual del 11,7%.

Focalizando el análisis en los distintos sectores y actividades, de los datos publicados por el INDEC referidos al 2do trimestre de 2020 se observa que las mayores caídas interanuales (respecto al 2do trimestre de 2019) se observaron en hoteles y restaurantes (-73,4% i.a.), construcción (-52,1% i.a.) y otros servicios comunitarios y sociales (-67,7% i.a.). En el otro extremo, las actividades con menores caídas interanuales fueron la intermediación financiera (-1,2% i.a.), electricidad gas y agua (-3,3% i.a.) y enseñanza (-9,2% i.a.).

En cuanto a los indicadores de cobertura provincial santafesina, el Indicador Sintético de Actividad Económica Provincial (ISAE) elaborado por el IPEC muestra que a junio de este año la economía santafesina caía un 11,9% respecto al mes de junio de 2019. Tomado el semestre completo, la caída interanual respecto al primer semestre de 2019 fue del 10%.

Las variables socio-laborales

La publicación por parte del INDEC de los indicadores del mercado de trabajo correspondientes al 2do trimestre de este año y por parte del MTySS de la Nación sobre trabajadores privados registrado de junio 2020 arrojaron datos que causaron especial atención por el empeoramiento de la situación preexistente.

En cuanto al mercado laboral, los datos que llamaron la atención por su nivel elevado fueron las tasas de desocupación abierta en el Gran Santa Fe (20,3%) y Gran Rosario (17,9%), pero específicamente en el primero de dichos aglomerados ya que igualaba el registro de octubre de 2001.

Estos registros nos permiten dimensionar cuánto de dicha caída respondería a una tendencia previa a la pandemia y cuanto al impacto de la pandemia Covid-19. Los resultados arrojan que casi la mitad (49%) de dicha caída responde a la tendencia previa a la pandemia, mientras que algo más de la mitad se produjo posteriormente al inicio del impacto de dicha pandemia.

No obstante, a los fines de obtener conclusiones más sólidas, es necesario analizar en forma integral todos los indicadores del mercado laboral.

La tasa de desocupación abierta no constituye la única categoría de personas con problemas de empleo. Dicha tasa refleja la proporción de la Población Económicamente Activa que no trabaja y buscó activamente trabajo.

Para tener una impresión más abarcativa de situaciones de problemas de empleo (dentro de los indicadores de mercado de trabajo que provee el INDEC) debe agregarse la tasa de subocupación (personas que trabajaron menos de 35 horas semanales) y la tasa de ocupados que demandan trabajo.

Cuando analizamos las tres categorías en forma agregada (desocupación abierta + subocupación + ocupados demandantes) disminuye la percepción de agravamiento del panorama respecto a años anteriores, aunque el mismo no deja de ser preocupante.

En el Gran Rosario, más de un tercio de la Población Económicamente Activa no trabajó mientras buscaba hacerlo o trabajó a tiempo parcial o, aunque trabajaba una jornada normal, busca más trabajo. En el Gran Santa Fe tal porcentaje de la Población Económicamente Activa fue del 29,2%.

La gran diferencia es que, mientras ese porcentaje de un tercio en el Gran Rosario parece mantenerse en los últimos 3 años, en el Gran Santa Fe ha aumentado. En otras palabras, en el Gran Rosario hace ya 3 años un tercio de la población económicamente activa se va moviendo entre los tres problemas de empleo antes señalados (desempleado, subempleado u ocupado demandante), mientras que en el Gran Santa Fe ha aumentado desde un 17% a un 29,2%. En el Gran Santa Fe, por cada 10 personas que en el 2do trimestre de 2017 estaban desocupadas, subocupadas u ocupadas demandantes en los últimos 3 años se agregaron otras 7 personas más.

Complementando el análisis con los datos del SIPA-MTySS se observa que, en junio de 2020, en la Provincia de Santa Fe había 474.892 trabajadores privados registrados, unos 12.392 trabajadores menos que en marzo del mismo año y 24.282 trabajadores menos que en junio de 2019. Es decir, en un año se perdieron un 4,9% de los puestos de trabajos formales en el sector privado.

Estos registros nos permiten dimensionar cuánto de dicha caída respondería a una tendencia previa a la pandemia y cuanto al impacto de la pandemia Covid1-9. Los resultados arrojan que casi la mitad (49%) de dicha caída responde a la tendencia previa a la pandemia, mientras que algo más de la mitad se produjo posteriormente al inicio del impacto de dicha pandemia.

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