
Recuperan al nieto de Estela Carlotto
Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, recuperó a su nieto apropiado durante la última dictadura militar, un joven que se acercó voluntariamente a hacerse los análisis de sangre porque tenía dudas sobre su identidad.
El joven, que se llama hasta hoy Ignacio Hurban, tiene 36 años, es músico y vive en la ciudad de Olavarría, casado y con dos hijos, y habría sido su esposa la que lo incentivó a hacerse los estudios genéticos, indicaron a DyN fuentes del caso. “Ahora encontré a mi nieto y Laura (Carlotto, la madre del chico asesinada) estará diciendo “mamá ganaste, ganaste una batalla larga”. Es una batalla larga, ya tengo mis 14 nietos conmigo. La silla vacía va a estar con él y los portarretratos vacíos que lo están esperando van a tener su foto”, dijo con tono feliz y calmo.
Oficialmente no se dieron detalles de sus padres adoptivos (sería un matrimonio de una zona rural), pero esos datos tendrán que esclarecerse en la causa penal que sustancia la jueza María Servini de Cubría.
La magistrada confirmó a DyN que existe un 99,9 por ciento de compatibilidad entre el ADN del muchacho y los parientes del padre biológico, quien también se encuentra desaparecido. Pero el hallazgo del nieto 114 tuvo esta vez un condimento doblemente emotivo, porque la abuela que pudo reencontrarse con el hijo de su hija asesinada es la presidenta de la organización, cara visible de la lucha de esa entidad y postulada al Premio Nobel de la Paz por su tarea.
Laura Carlotto, hija de la dirigente humanitaria, fue secuestrada por la dictadura el 1 de agosto 1977 cuando tenía tres meses de embarazo, pero -según pudo reconstruirse a través de los sobrevivientes- el bebé nació en el Hospital Militar el 26 junio de 1978. Estela Carlotto (Enriqueta Estela Barnes de Carlotto) llamaba a su nieto Guido, porque se había enterado que así lo había “bautizado” su hija las pocas horas que estuvo con él.
“Soy el único que puede hablar en este momento porque el resto esta con la garganta cortada”, dijo a TN Kibo Carlotto, Secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires apenas se conoció la noticia, minutos después de las 16. Según precisó, el joven se acercó voluntariamente con la idea de que podía ser hijo de desaparecidos: “Tenía dudas sobre su identidad y se hizo el análisis”.
Cuando le preguntaron qué había sido del joven durante estos años, el hijo de Estela Carlotto afirmó: “Esas cosas no puedo hablarlas, hay que respetarlo a él que se acaba de enterar de esto. Discúlpenme, son los compromisos que hemos aceptado desde que comenzamos con esta tarea”.
La jueza Servini de Cubría recibió a las 12 de hoy los resultados que confirmaban una consanguinidad del 99 por ciento de coincidencia de ADN, en base a unos huesos recuperados e identificados por orden de la Cámara Federal.
Según dijo la jueza a DyN, el joven se presentó en la CONADI, que depende del Ministerio de Justicia, y lo enviaron al Banco Nacional de Datos Genéticos para que le sacaran sangre. Allí había datos genéticos relacionados a la pareja de Laura Carlotto y papá de Guido, pero los abuelos paternos que podían confirmar o no el resultado (con nuevas muestras de ADN) estaban en el sur del país, por lo que hubo que viajar hasta allí para tomar nuevas muestras de sangre. Los nuevos resultados confirmaron la identidad del joven en un 99 por ciento como el bebé que dio a luz Laura Carlotto.
Laura militaba en la Juventud Universitaria Peronista y el 1 de agosto de 1977 resolvió mudarse a la casa de unos amigos, pero cuando sus padres -Guido y Estela- fueron a ver como estaba pues no atendía solo encontraron una vivienda vacía y saqueada. En la búsqueda por hallar a la joven, su padre Guido permaneció ‘secuestrado‘ durante 25 días, durante los cuales lo torturaron, y recién fue liberado tras el pago de 40 millones de pesos de 1977 que aportó Estela Carlotto.
Así lo relata el libro “Botín de Guerra”, publicado por Pagina/12, donde también se detalla un diálogo que Estela mantuvo con el dictador Reynaldo Bignone, quien le habría dado a entender que su hija estaba muerta.
El cuerpo de Laura apareció en la zona de Isidro Casanova y pudo ser enterrada, pero de acuerdo a la reconstrucción que pudo hacer Carlotto, a Laura la vieron embarazada y había dado a luz, esposada, en el Hospital Militar. El bebé fue llamado Guido por su madre, que solo pudo estar cinco horas con su hijito, porque después la adormecieron y la llevaron de regreso al campo de concentración de La Cacha, antes de asesinarla en un supuesto enfrentamiento.