
Revolución del girasol
– ¿Cuál es el concepto de cadena que maneja ASAGIR?
– Todos los negocios, por lo menos agroindustriales, debieran estar concebidos a partir de la integración. La cadena de valor es la puesta en común de los distintos eslabones que hacen a todos los que intervenimos en el negocio, sumándonos y potenciándonos detrás de un mismo objetivo. En el caso del girasol la mirada está puesta en atender de la mejor manera la demanda de los consumidores y lograr una mayor competitividad de nuestro negocio.
– Esto, definitivamente, no es un invento de la Asociación…
– Claro que no. En otras partes del mundo las organizaciones en cadena funcionan correctamente. Nosotros estamos en pleno desarrollo. Lo cierto es que en los países más desarrollados, las políticas de Estado son propuestas por las cadenas de valor y son tomadas por los políticos y no al revés, como sucede en nuestro país. El concepto de cadena va desde el que produce hasta el consumidor.
En el caso de ASAGIR es muy interesante la incorporación a la cadena de todo lo vinculado a ciencia y tecnología. La Asociación se ha convertido en la gran coordinadora de todo lo que es investigación y desarrollo del girasol en Argentina, lo cual potencia muchísimo el aprovechamiento y la obtención de recursos, que no abundan.
– ¿Por qué se da en el girasol y no en otros cultivos?
– Vamos camino a generar integración en todas las cadenas de valor de la agroindustria y en algún momento también trabajar en función de matrices, como podrían ser las oleaginosas.
En el caso particular del girasol hubo una movilización generada por la voluntad y claridad conceptual de varias personas, entre ellas Gustavo Grobocopatel, Jorge Ingaramo, Carlos Feoli, gente de la industria y de los semilleros que han puesto mucho esfuerzo e inteligencia emocional al tema.
No es fácil juntar eslabones de una cadena y más en la Argentina donde nos vemos más como competidores. Asagir es claramente un ejemplo para todas las cadenas y la agroindustria.
– ¿Cuál es la realidad del cultivo en Argentina?
– Hemos tenido una disminución en el área sembrada y estamos participando en el mercado internacional un poco menos de lo que nos gustaría. Nos convertirnos en un país eminentemente sojero que no es lo mejor pensando en el futuro. Entendemos la lógica del momento y creemos que el posicionamiento del girasol como alternativa a la soja tiene que ver con la propia competitividad del cultivo. En este sentido no está cumpliendo lo que debería pero la responsabilidad de que lo haga está en nosotros, los componentes de la cadena. Hacerlo cada vez más interesante para el productor a partir de hacerlo más competitivo en los aspectos que hacen al mercado, a la posibilidad de fijarse más fácilmente precios a futuro, tener mayor calidad y transparencia en los mercados, y en ir generándole con inteligencia mayor valor agregado. Estos son los desafíos.
– ¿Qué se está haciendo en este sentido?
– Estamos entrando a una interesante revolución tecnológica en lo que hace a malezas y biotecnología y a entender las enfermedades. Eso hace a la competitividad y la baja de costos. Creemos que estamos avanzando bien en la búsqueda de propuestas constructivas para mejorar el mercado del girasol y eso va a ayudar mucho también a la competitividad. Además hay un buen panorama en la demanda mundial de girasol para los próximos años.
– ¿Cómo se inserta el girasol en la rotación?
– El productor debe evaluar poner huevos en distinta canasta. El girasol tiene una serie de ventajas interesantes como cultivo, principalmente cuando está planteado dentro de una rotación agrícola ganadera.
Es claramente el mejor antecesor para pasturas, es muy interesante para suelos con determinado riesgo hídrico, por ejemplo en otoño. Es un cultivo que se puede sembrar temprano y cosechar en febrero, antes de que las lluvias de otoño compliquen las cosechas. Tiene un muy buen lugar en las zonas húmedas.
– ¿Qué se puede esperar para la próxima campaña?
– En un año que se presenta con posibilidades de “niña”, todo el oeste de la pampa húmeda es una alternativa interesante a destacar. Sabemos de la potencialidad que tienen esos suelos y parecería que éste va a ser un año muy interesante para el cultivo de girasol. Un año niña significa un año con menores lluvias en verano y esto implica una condición muy favorable para el girasol.
A su vez estamos viendo el crecimiento del girasol en el Chaco, Santiago del Estero, Norte de Santa Fe. Lugares que el girasol está colonizando junto a la soja y donde combinado con maíz, sorgo y soja, el girasol entra muy bien y con muy buenos rendimientos. Hay distintas posibilidades para el girasol acompañadas de una importante gama de híbridos. La genética ha colaborado mucho para incorporar el cultivo en la rotación.
Fuente: Asociación Argentina de Girasol.