
Sensibilidad y vocación periodística para integrar regiones desde la comunicación
“Informarse sigue siendo una actividad productiva, imposible de realizar sin un esfuerzo y exige una verdadera movilización intelectual. Una actividad tan noble en democracia como para que el ciudadano decida dedicarle una parte de su tiempo y de su atención” (Ignacio Ramonet, director de Le monde Diplomatique y de Maniere de voir -Francia-; especialista en geopolítica y estrategia internacional, doctor en Semiología y en Historia de la Cultura).
Pensé en este fatídico mes de mayo para los santafesinos, que allí -en ese tiempo y atención del ciudadano- está la explicación de nuestros éxitos o fracasos. La información y la comunicación, distintas pero inseparables, representan la esencia de esta profesión junto a la imprescindible respuesta ciudadana.
El desempeño de una parte importante del periodismo santafesino, tanto en la capital como en el interior, permitió desnudar las deficiencias del estado provincial tanto en la prevención de la tragedia causada por las inundaciones, como en la reacción tras la emergencia hídrica que causó decenas de muertes y millonarias pérdidas materiales.
Este reconocimiento a los periodistas se sustenta en los primeros conceptos -información y comunicación-, mediante la observación y la sensibilidad periodística, y se retroalimenta con la demanda y satisfacción de las inquietudes ciudadanas. En otras palabras: unos -periodistas-, se necesitan a otros -ciudadanos-.
Y en ese juego apasionante que por supuesto permite la democracia a partir de la libertad de expresión y el derecho a la información, se inscribe nuestra labor como periódico regional desde hace una década.
“Leer es un acto de crecimiento, es un acto de confrontación, de justa penetración al otro lado de los espacios y los tiempos y al propio lado de vivir”, nos dice la escritora santafesina María del Carmen Villaverde de Nessier. Es precisamente en la lectura donde nos encontramos con ustedes, después de haber volcado en las páginas de cada edición mensual, los textos que describen las realidades regionales.
Gracias al “espacio y el tiempo” de nuestros lectores, de usted que ahora sigue estas líneas, construímos nuestros propio espacio y tiempo, para saciar la vocación profesional y dar continuidad a la labor periodística.
Su dinámica integra componentes técnicos y humanos, que se extienden desde la capital provincial, hasta San Cristóbal, pasando por Las Colonias, desde la urbe al más pequeño de los pueblos perdidos en la letanía del centro provincial.
Mes a mes, nuestros colaboradores en cada localidad, emprenden viaje hacia ese misterio de la escritura y la lectura: caminar la realidad del pueblo, conversar con los lectores, transcribir historias de vida, desnudar problemas cotidianos. Pasos de una noble actividad que promueve la comunicación y afianza las relaciones humanas.
Personalmente, a cada uno de esos colaboradores, no sólo les doy las gracias, también los insto a seguir adelante, sintiendo y viviendo la pasión de la comunicación, que tarde o temprano, ahora y mañana, en cualquier momento de sus vidas, desde esta profesión o desde cualquier otra actividad, será la clave del diálogo, la comprensión, la solidaridad y la participación.