Un aditivo para la innovación

Con la capacidad de reinventarse de manera permanente como clave de su crecimiento, Wohr Química de Esperanza se afianzó en la elaboración de nuevos productos con efectos positivos desde dos planos: el cuidado del medio ambientey la apertura de un nicho en el mercado nacional. Un círculo virtuoso que confirma su desempeño en más de una década. Desde hace dos años desarrolla materias primas para uso cosmético y agronómico.

En el segundo caso en particular, se trata de tensoactivos y adherentes que son de uso específico en formulaciones de agroquímicos. “En un herbicida o en un insecticida hay que agregarles estos tensoactivos para transformarlos de un producto común a un producto full. Esa conversión requiere este tipo de aditamentos. Generalmente se usaban aceites vegetales como materia prima de origen, que químicamente se convertían. El aceite de coco era el primordial. Hoy

estamos elaborando aditamentos basados en otro tipo de aceites vegetales como canola, soja o palma. Tenemos costos mucho mejores e inclusive características técnicas superiores” introduce Rubén Wohr, titular de la firma, en diálogo con Producción Santafesina.

Los antecedentes de estos aceites estaban en manos de multinacionales. Actualmente, Wohr Química ocupa ese lugar con materia prima que se consigue en el país. A modo ilustrativo, el aceite de coco se importaba de Filipinas o Malasia. “Al mismo tiempo, en el procesamiento de aceites, a partir de los aceites recuperados, no convertirlos en un commodities como el biodiesel, sino también que parte de ellos se puede usar para otros tensoactivos que tienen usos cosméticos.

“Se utilizan como base para cremas de enjuague capilares, cremas para manos o suavisantes de ropa” ejemplifica, para hacer foco en la reutilización de la materia prima. “Siempre se pensó que el aceite de cocina se reconvierte a biodiesel. En realidad, el valor agregado que tiene éste, es mucho menor que un aceite que se utiliza en la industria cosmética, farmacológica o agroindustrial” señala. Aquellos aceites que contaminaban los cursos de agua, ahora pasan a tener un valor en el uso industrial como materia prima a partir de un refinamiento.

Un programa regional

La ciudad de Esperanza cuenta desde hace dos años con un programa municipal de recuperación del aceite de uso doméstico. Hay distintos puntos de recolección donde las familias pueden destinar ese desecho que luego pasa a un centro de filtrado y decantación, donde se hace la primera etapa de limpieza. Actualmente, Esperanza cede ese aceite a AANE, una institución que se dedica a la atención de niños con capacidades diferentes, a la cual Wohr Química paga por litro de aceite recuperado, beneficio que sirve a esa institución para el desarrollo de sus actividades.

“Posteriormente, nosotros trasladamos a nuestras plantas ese aceite que está alrededor de los 2000 litros por mes. La idea es que este programa se extienda al departamento y a buena parte de la Provincia” anticipa el empresario químico, quien advierte que se podría alcanzar un 50 por ciento más de ese volumen. “Es importante la concientización y sensibilización de la población, porque un litro de aceite volcado al medio ambiente puede contaminar 50.000 litros de agua. Hacer un recupero de esto ayuda mucho pero además nos pone a nosotros en un lugar competitivo ante las multinacionales” apunta Wohr, al tiempo que aclara que las posibilidades de comercializar este tipo de productos son amplias dada la demanda existente. Concretamente hoy, la empresa vende estos aditivos a empresas nacionales e internacionales, además de usarlo en la elaboración de sus productos.

Al exterior

En el plano internacional, Wohr ingresó esta año al mercado uruguayo con productos para tratamiento de metales. Se hicieron dos exportaciones, en septiembre y ahora en diciembre. También se exportarán a Bolivia productos agroquímicos (fertilizantes foliares) en el mes de enero de 2015. Incluso hay una posibilidad de trabajar con Colombia, en productos derivados de la gliserina, pero actualmente no es posible dado los condicionamientos en la capacidad de infraestructura para la producción.

Una nueva infraestructura

En otro orden, Wohr Química construye una nueva planta para procesamiento de aceites y grasas, en particular, para ampliar la línea de uso agronómico y cosmético. “Será para la reconversión de aceite y se elaborarán 18 productos diferentes que están delimitados con estos aceites recuperados” revela Rubén Wohr, quien precisa que se trata de una planta de 1000 metros cuadrados y se estima hacer otra planta cuando esté terminada el Area Industrial de Esperanza.

Ya como dirigente del Centro de Industria, Comercio y Afincados de Esperanza, Wohr considera que el impacto que tendrá la futura Area Industrial de la ciudad será altamente positivo. “La apertura del Area

potenciará a la industria local y creará las condiciones para la generación de nuevas empresas. Porque la ley provincial es una ley que cada vez tiene más requisitorias para instalar una empresa. En un éjido urbano casi no se habilitan empresas, por lo tanto, quien tenga la intención de abrir una empresa, si no está radicada en un lugar donde pueda cumplir con toda la normativa, será muy difícil” advierte.

En ese contexto, un parque industrial crea las condiciones como para tener las habilitaciones pertinentes. “No olvidemos que estas habilitaciones, cuando dependen de otros organismos nacionales, necesitan como prerequisito, tener la aprobación municipal y provincial. Cumplir con esa requisitoria es estar en el lugar apropiado. Y hoy, prácticamente, si no es un parque industrial, es imposible radicarse” concluye el empresario y dirigente esperancino.