“Atroz asesinato, jamás ocurrido en el mundo”
Con su fiel amigo y correligionario, Don Lisandro de la Torre, habían culminado una ardua tarea investigando el escandaloso negociado de las carnes argentinas por parte de frigoríficos ingleses y norteamericanos, y con la complicidad de dos Ministros traidores a la Patria, Luis Duhau de Agricultura, y Federico Pinedo de Hacienda, y en el conservador gobierno del Presidente Justo.
Previo a este fatídico debate, Enzo y Don Lisandro habían conseguido, luego de arduas tareas, allanar el vapor “Norman Star”, próximo a partir con una importante carga de carnes, y disimuladas en cajas se encontraba la documentación contable, con las cuales eran defraudados los ganaderos y el fisco argentino.
Con esas pruebas en la mano, Don Lisandro increpa duramente a los Ministros que habían sido citados para el debate; se produce un gran tumulto, y de la Torre es agredido por Senadores oficialistas. Enzo va en su ayuda; desde el palco se levanta la figura corpulenta del ex Comisario Valdez Cora, quien empuña un revolver y dispara. Uno, dos, tres tiros, y el cuerpo de Enzo Bordabehere cae exánime, regando con su sangre el piso del Senado Nacional. Su cuerpo es llevado con urgencia al Hospital Rawson; cuando Lisandro llega a visitar a su amigo, éste ya dormía el eterno sueño de los justos.
Se había consumado el trágico “ASESINATO EN EL SENADO DE LA NACION”. Consternado por lo ocurrido Don Lisandro manifestó: “se conoce al matador, solo falta ahora los nombres de los asesinos”.
Los restos de Bordabehere fueron trasladados en ferrocarril a su ciudad de Rosario, y una multitud calculada en cien mil personas lo esperaban en la Estación Rosario Norte, y a pulso, caminando entristecidos por las calles rosarinas, llevaron el ataúd hasta la capilla ardiente. Jamás se había visto una manifestación de dolor de esa magnitud; Enzo era muy querido, desde su juventud militando en la Democracia Progresista, pero además fue un ferviente colaborador de todas las instituciones de su querida ciudad de Rosario.
Culminó así una de las páginas más oscuras de nuestra historia; el matador, Valdez Cora, cumplió una condena de nueve años en la cárcel, y fue indultado en 1944 con la llegada del Coronel Perón al gobierno.
Héctor Jullier, Diputado Provincial PDP m/c