Cambio de estrategia ante el escándalo por planes sociales
El escándalo desatado por la intromisión de la Nación en el reparto de los planes sociales enojó a Carlos Reutemann y lo puso en el centro de la escena nacional. Pero después fue el propio gobernador quien eligió poner paños fríos a la discusión. Prefirió no tensar más la cuerda y desligar a Eduardo Duhalde del tema. Aseguró que el problema no era atribuible a la figura presidencial, sino a sus sugundas líneas. La exposición y consecuente desgaste lo empujaron a cambiar la estrategia: seguirá bajando los decibeles, impondrá silencio de radio a sus funcionarios y delegará, en cambio, el peso de la carga en sus diputados nacionales.
Por eso el últimos lunes se reunió con Héctor Cavallero, referente del Partido del Progreso Social y principal aliado del PJ. Después de la audiencia, el diputado nacional llamó a cuanto medio de comunicación tuvo a su alcance y ensayó su discurso.
“Acá hay una campaña en contra de Reutemann cuando él todavía ni ha lanzado su candidatura. Y creo que la campaña se desata no solamente por algunos sectores políticos, sino fundamentalmente por sectores periodísticos de la Capital Federal”.
El ex intendente rosarino confirmó que más de 4.600 planes fueron otorgados a santafesinos directamente desde la Nación y por fuera del sistema oficial dispuesto por la provincia.
“Esto no sólo que no es transparente, sino que además me da miedo porque si los planes entregados por afuera son entre 10 y 12 mil, van a ser realmente un ejército que puede ser utilizado para cualquier cosa”.
También el diputado Julio Gutiérrez se sumó a la cruzada y avanzó en sus denuncias. Identificó a los responsables y aventuró que fueron los mismos grupos que en su momento contribuyeron para desestabilizar a Fernando de la Rúa.
“Hay elementos que hacen pensar que en la provincia de Buenos Aires hubo movimientos orquestados para desestabilizar. Y son estos sectores de La Matanza que de alguna manera fueron inducidos o por lo menos financiados por las estructurs del Gran Buenos Aires. Hay indicios y hay un juez investigando la posibilidad de que se hubieran facilitado saqueos y una serie de cosas en Buenos Aires, que no digo que hayan provocado la caída de De la Rúa, pero precipitaron una cosa orquestada”.
Gutiérrez trató de diferenciar así “una protesta genuina de la gente”, de la utilización desde el poder de “ciertos elementos que sirven para agudizar una situación de por sí difícil”.
“Todos sabemos que estas estructuras son de sectores postergados del Gran Buenos Aires con muchas necesidades pero que se canalizan o instrumentan con movimientos que ya tienen sus líderes, su organización y su metodología”.
La metamorfosis que tranformó al Reutemann desencajado por su enojo en un crítico cauteloso no fue accidental. El desplazamiento del conflicto hacia sus legisladores lo libera de reproches que complicarían la negociación de un nuevo acuerdo con la Nación. Duhalde necesita esa firma para exhibirla ante el FMI. Pero Reutemann aprovechará entonces para reclamar condiciones diferenciales: nuevas pautas para el régimen de retenciones y el pago de parte de la millonaria deuda que mantiene el gobierno central con Santa Fe.