Catamarca en dos palabras
“Alli punchau”, dice Buen Día la voz quechua. “Buen Día” me dijo un pibe que iba a la humilde escuela de La Viña, entre sierras y montes bajos, una mañana en esa pequeña localidad de Catamarca. Son dos palabras para definir la calidez y candidez humana de los catamarqueños, percibidas en nuestra breve experiencia en esa provincia.Tonalidades ocres y terracotas en el paisaje, matices amarillentos en la flora, sesgo salvaje en la fauna. Ciudad colonial y de sangre aborigen. Silencio y grito. Catamarca de María Soledad y de la Virgen del Valle. Catamarca de los Saadi y los Barrionuevo.Dos sitios significativos marcaron nuestro breve recorrido después de conocer el emprendimiento de Milkaut del NOA: uno, la Gruta de la Virgen del Valle de San Fernando de Catamarca, madre morena, americana y aborigen. Otro, la Fábrica de Alfombras de la provincia, donde manos laboriosas plasman los antepasados, la cultura autóctona, las costumbres y la tradición de un pueblo sufrido.Algunas postales de un viaje de trabajo que dejó pequeñas rendijas para sentir las voces que vienen desde lejos, los latidos de los Valles Calchaquíes y el pulso de una ciudad con historia.
El contingente
Los socios productores de Milkaut que viajaron a Milkaut del NOA son los siguientes: Emma y Arnoldo Hang, Liliana y Elbio Yossen, Zulma y Rosendo Ruben, Amanda y Américo Hang, Mabel y Vicente Kuchen, Zunilda y Raúl Marchi, Gladis y Antonio Schneider, Graciela y Miguel Presser, Carmen y Raúl Zuber, Angela, Daniela y Rubén Hang, Alicia y Laudelino Senn, Stella y Jorge Bonetti, Mirta y Miguel Hang, Otilia y Remigio Eberhardt, Emilia y Néstor Perren, Inés y Roberto Bertram, Eve Dupertuif, René Kuchen, Juan Carlos Grenón, Marcelo Grenón, Norberto Doning, Raúl Hang, Elbio Ceschi, Carlos Imoff, Abrahan Vijod, Duilio Rohrmann y Aldo Engler.