“Creo que podemos hacer teatro sin morirnos de hambre”
Cristian Weidmann, representante del Grupo de los Diez de Humboldt, Santa Fe Crédito: Foto Archivo
Cultura
21 de enero de 2004

“Creo que podemos hacer teatro sin morirnos de hambre”

“Creíamos que se podía cambiar el mundo y eso es imposible. En todo caso podemos cambiar el entorno” (…) “Va a llegar un momento en que vamos a tener que hacer lo que nos gusta para poder sobrevivir en este mundo”. Con esas frases Cristian Weidmann -de 29 años y particular impronta- define un sentido de la vida que proyecta desde el teatro con dos ideas renovadoras: la necesidad de conjugar arte con profesionalismo y potenciar al máximo la vocación para subsistir en un mundo hostil.

En la actualidad se desempeña en El Grupo de los Diez de Humboldt y es componente de Espezúmenes de la vecina ciudad de Esperanza. En diálogo con El Cronista Regional, Cristian hace de vocero de muchos jóvenes que se vuelcan a la actividad impulsados por una gran vocación por la expresión artística. En estos momentos, con la agrupación de esta localidad, están preparando una obra que habla del fenómeno del fútbol y así lo explica: “La puesta en escena tiene como objetivo bombardear al espectador de todos lados. Habrá una pantalla de video, percusión en vivo, un tipo especial de luces, etc. Es decir, que no solamente pretendemos llegar con el texto sino también con otros recursos”.

“¿Tan solo un juego?” -así es el nombre de la obra- será preestrenada en diciembre y estrenada en marzo. En estos momentos, se lleva a cabo un taller de entrenamiento actoral que permite la búsqueda de personajes “para un tema popular que atrae al público, pero que no sólo hablará de fútbol” explica Cristian, al tiempo que fundamenta la obra destacando que el fútbol además de ser un tema popular, “tiene mucho de ritual, es una de las pocas cosas que conserva el ritual, la hinchada tiene mucho de rito todavía”. Además de abordar el fútbol como negocio, como pasión, como rito, se intentará llegar al público que estará rodeado de diversos recursos. “Buscamos también eso: mantener esa cosa de ritual” durante la función.

En Esperanza

Espezúmenes está compuesto por cuatro personas que se ocupan de aspectos específicos: texto, música, actuación y plástica. Trabaja como grupo de teatro desde hace dos años “con todo lo que implica trabajar en forma independiente en Esperanza. Somos el único grupo independiente que se mueve en la ciudad” destacó Cristian.

La labor se caracteriza en gran medida por los títeres y en la actualidad se está preparando un trabajo con títeres y video con la posibilidad de hacer una presentación nada menos que en Europa. “Nuestro sueño es consolidarnos como grupo independiente en Esperanza” reveló, al tiempo que reconoció que no cuentan con el apoyo económico de nadie. En ese sentido, resaltó un aspecto que abrió desde hace tiempo una nueva etapa en teatro. “Ya no es un hobby. Al menos con el grupo de Esperanza pensamos así. En Humboldt todavía es algo más vocacional. Mi idea es trabajar profesionalmente a pesar de las limitaciones que hay”.

Cristian destacó que en esta localidad la gente asiste a los espectáculos y se cuenta con el apoyo institucional de la Comuna. En Esperanza hay matices distintos. “Cuando estuvimos en el Velódromo para una presentación con motivo del Día del Niño, la gente respondió, pero se nos hace más difícil la continuidad por falta de apoyo económico” admitió.

A pesar de ese panorama, Cristian confía: “Creo que se puede. Creo además que el teatro no puede cerrarse en un grupo de personas, es decir que no sea un teatro-elite, sino que llegue a toda la gente. Hay buena madera cultural en la región. Hay personas que sin ser conocidas tienen muchas condiciones”.

De todos modos, reconoció que “cuesta hacer entender a la gente que trabajás. Para la mayoría de la gente no somos trabajadores y hacemos esto por hobby. Pero no hacemos más teatro por hobby, hay capacitación para esto y queremos cobrar cada vez que actuamos”.

“Hay una generación que va a empezar a revertir las cosas” confía Cristian, mientras reprocha la falta de una verdadera política cultural en el país. “Siempre se piden resultados pero nadie espera los procesos. Y hay mucha gente que está haciendo los procesos por abajo, a pulmón y que creo que en un momento va a poder vivir del teatro. No creo en esa idea de que los teatreros nos tenemos que morir de hambre. Nos metieron en la cabeza que los artistas nos teníamos que morir de hambre para poder vivir de esto. Es duro, pero creo que es lo que va a tener que revertir nuestra generación”.

Para Cristian, hay mucha gente con condiciones, “pero no se anima porque cree que se va a morir de hambre. Creo que vamos a tener que revertir eso o si no vamos a morirnos todos de hambre en todos los rubros. A mi no me cabe duda que trabajar en lo que a uno le gusta mejora la calidad de vida en cualquier profesión. Este es un mundo de cambio, para subsistir en este mundo con el ánimo alto, uno va a tener que hacer lo que le gusta”.

Y en medio de reflexiones en el escenario de la vida, piensa que “otra de las cosas que nos hicieron creer es que podíamos cambiar el mundo, y lo que podemos cambiar es el entorno. Y eso ya es maravilloso: si todos cambiásemos nuestro entorno…”.

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