El grupo de Teatro Poiesis se subió al escenario y demostró que la magia de la actuación sigue intacta
Producciones teatrales Poiesis volvieron a la actuación en Progreso. Crédito: Gentileza
Cultura
Redacción El Santafesino
5 de octubre de 2021
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El grupo de Teatro Poiesis se subió al escenario y demostró que la magia de la actuación sigue intacta

El teatro es ese espacio donde los actores se distienden, olvidan de la realidad, disfrutan y juegan a ser otros. Después de casi un año y medio sin poder salir a escena, el grupo de Teatro Poiesis se presentó para demostrar que la magia del arte escénico sigue intacto.

Con un montón de bártulos, colores, alegrías y aprovechando las temperaturas de la primavera,  Valentina y su grupo teatral salieron a escena en la Escuela Rural Tomás Godoy Cruz de la zona rural de Progreso. Desde que se decretó por primera vez el aislamiento social preventivo y obligatorio, en marzo 2020, la joven profesora no había vuelto a pisar el escenario.

“El teatro comenzó para mí, siendo una herramienta terapéutica, en un momento muy particular de mi vida”, dijo Valentina a El Santafesino. La artista vive en Progreso, lugar adonde comenzó a dictar un taller de expresión corporal y ahora, tienen un grupo de producciones teatrales: “Poiesis”, con el que arman obras exclusivamente.

Desde chica le fascinaba la idea de hacer teatro, pero no tuvo las posibilidades, poco después, al irse a estudiar, empezó a concurrir a clases en la ciudad de Rosario. “Así empezó para mí el teatro”. Desde entonces, le apasiona enseñar y  compartir la alegría de armar las producciones junto a su grupo de actores amateur del pueblo. En este momento, no está dando clases a niños y adolescentes, pero el año que viene, retomará la actividad.

Antes de salir a escena, contó a El Santafesino que “no es lo mismo dar clases de teatro a niños que a los adultos. Los mayores vienen con un interés diferente a la hora de hacer teatro”. El adulto busca distenderse, olvidarse de la realidad por un rato, disfrutar y jugar a ser otros. “El teatro, es jugar a ser otros, es ponernos en la piel de otros. Es trabajar la asertividad”, añadió.

Valentina además dijo que la educación emocional es muy importante, “es poder reconocer y diferenciar las emociones, los sentimientos. En el teatro, se aprende a diferenciar un sentimiento de una emoción” y poder expresarlo hacia el exterior.

“Me gusta trabajar mucho la empatía. Jugar a ser otros y entender el rol de cada uno. Experimentar y dar respuestas ante situaciones que son en la ficción, pero se pueden dar en la realidad. Digamos cómo lo daría otra persona que no soy yo o cómo podría darlo yo de otra forma”, enfatizó.

Además detalló que el trabajo con niños se orienta a jugar, a vivir y disfrutar. El adulto, se libera, se desenchufa.

El teatro en tiempos de pandemia

Cuando empezó el período de cuarentena, la tecnología se volvió el árbitro de la distancia. La presencialidad se volvió virtual, ¿qué hizo el arte escénico cuándo su existencia dependía del estar presente?

“En época de pandemia, todos nos dimos cuenta de cuánto necesitábamos el teatro”. Se tuvo muy presente “la salud física, que no nos enfermemos, que nos cuidemos, que nos quedemos encerrados, que no tengamos contacto con otro. Pero, en definitiva, el contacto sano con el otro, es donde también se mantiene la salud psíquica. Si no tenemos salud psíquica, tampoco tenemos salud física”,  reflexionó.

Para la docente, el haber privado a la gente de todas las actividades artísticas, hizo que muchos cayeran, incluida ella, en el desánimo. “Fue duro. Intentamos hacerlo virtual, pero el teatro lo que tiene, es la presencialidad y lo virtual, no funcionó”, dijo. No ocultó su alegría por la vuelta a la actuación: “cuando pudimos volver, volvimos con todo el grupo de adultos y se empezó a armar obras de teatro”.

Invitados a participar” en la Escuela Rural Tomás Godoy Cruz en la presentación del “sombrerero murguero”,  los actores junto a Valentina se unieron a lo que la escuela proponía, demostrar el arte en todas sus expresiones. “Dentro del arte escénico, lo teatral”, y buscar, a través de la actuación, ensayar la vida misma.

La obra que presentaron: “Alicia en busca del sombrero robado”, fue una recompensa al alma: “los sombreros representaron los sueños, los anhelos y deseos de los niños, y fue una caricia al alma. Fue volver a la presencialidad del teatro”, se emocionó Valentina.

La obra de teatro, fue la excusa para proyectar salir a otras escuelas de la localidad,  “es una obra que la queremos armar para poder empezar a ir a otras escuelas y transmitir este mensaje, que es muy lindo”, no dejar nunca de soñar, anhelar y desear cosas maravillosas.

Valentina logra, a través del teatro, que los adultos se olviden, por unos instantes, de la vida cotidiana y que los niños jueguen, disfruten actuando. Ella anhela poder volver a dicar clases para niños y adolescentes. “Yo empecé teatro porque estaba muy mal”, contó una vez uno de sus alumnos adultos.

Inmersos en los personajes de películas, cuentos, historias Valentina hace que, en el arte de la actuación, cada uno se sienta único y libre de expresar sus emociones y sentimientos.

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