El servicio de agua potable
Nuestra primera intención era conseguir una rebaja para los jubilados (los más afectados por sus magros sueldos y que en algunos casos debían pagar alquileres). Nos dirigimos a la Defensoría del Pueblo, recabando la forma de iniciar de la manera más correcta, una acción para llegar a lo solicitado. Redactamos un petitorio que circuló por toda la ciudad, consiguiendo unas 1600 firmas (sobre 2864 socios de la Cooperativa) avalando nuestra tarea, respaldándonos totalmente. Hicimos las aclaraciones sobre que este movimiento no nos llevaba a poder encaramarnos en la comisión de asociados, lo que fue demostrado ya que nunca nos postulamos. Tampoco era nuestra intención algún cargo administrativo o de obrero.
Con el tiempo, muchas instituciones apoyaron nuestra intención, por lo que en determinado momento fuimos convocados por la Comisión de Asociados, para discutir personalmente nuestro pedido. Aclaro que fuimos muy bien atendidos y se nos escuchó con toda atención, por lo que de inmediato presentamos cuáles eran los motivos que nos llevaban a estar allí, los que a pesar de no ser graves, producían un resquemor en la comisión. Solo queríamos una rebaja en el servicio, principalmente para los jubilados. Lamentablemente la comisión de asociados manifestó que era casi imposible acceder al pedido, aduciendo que los números no cerraban.
Tal contestación nos produjo un poco de indignación. Optamos por retirarnos de la reunión con el fin de continuar con nuestro pedido de alguna otra manera, tomando en cuenta que nunca son aconsejables las tensiones que surgen en estas circunstancias. Creímos conveniente dejar pasar un tiempo y recomponer las cosas, para así poder zanjar favorablemente todo cuanto creíamos, teníamos razón. Nuestra posición nos llevaba a pensar, de acuerdo a las circunstancias, que era muy difícil que se de curso al pedido.
Esto nos hizo despertar a una realidad que no estaba en nuestro ánimo decir: que en primer lugar, el Consejo de Administración se había fijado un sueldo. No cometieron ningún ilícito, es cierto, los estatutos son claros. En las asambleas que se realicen cualquier socio puede presentar la moción que los miembros se fijen un sueldo y, de ser aprobado, se procede a establecer un monto a cobrar por los mismos. Pero, además, habían gastado $ 30.000 en la compra de un edificio y su correspondiente escrituración, lo que no hizo otra cosa que incrementar el patrimonio de la Cooperativa, que a todas luces no es ni será necesario. No se logra un beneficio al usuario ni al socio, menos ahora con la creación de una sala de velatorio y servicios fúnebres.
Si la Cooperativa de Agua Potable o la Comisión de Asociados creen que instrumentar una sala de velatorios, incluido servicio fúnebre (debemos tener en cuenta que Laguna Paiva cuenta actualmente con dos salas perfectamente equipadas) es ser solidarios con los socios y usuarios, creo sin temor a equivocarme que se está cometiendo un gran error, es natural que a nadie que transite por este mundo le pueda interesar sobremanera la forma en que, llegado el momento, lo pueda atender después de muerto. Si el interés de la Cooperativa es llegar más a sus asociados, existen muchas maneras de dar beneficios solidarios. Se puede colaborar con el SAMCO de distintas formas, dar ayuda a las cooperadoras escolares, contar con un servicio de ambulancia (puede ser unidad coronaria) las 24 horas, dar ayuda económica a las bibliotecas, entre otras cosas. Pero la mejor y más necesaria en estos momentos de crisis, es por lo que siempre se ha luchado, una rebaja en el precio del agua comenzando con nuestros jubilados, pensionados, desocupados, jefes de familia sin sueldos altos. En una palabra, hay mil maneras de expresar un sentimiento hacia el socio, antes que una sala de velatorio.
Dado lo que está ocurriendo, llegamos a la conclusión que todo lo actuado por el Intendente hace mas o menos un año, nos hace reconocer que él tenía razón y sin intención de su parte de perjudicar a nadie, creo fehacientemente que lo hizo en defensa de toda la comunidad y, en tanto y en cuanto continúe de la misma manera, seguiremos apoyando su gestión. Por lo tanto quiero dejar expresada una reflexión que, a no dudar, corresponde a los momentos que estamos viviendo. Mientras continuemos despreciando lo elemental de la convivencia, desde el cuidado de la vida y el respeto a todas las leyes que rigen la misma, y que vivamos más en comunidad, no tendremos posibilidad de un auténtico desarrollo en nuestro pueblo, como tal vez nos merecemos.