El uso excesivo de los dispositivos digitales y su relación con salud visual de los niños
La tecnología, en las últimas décadas, pasó a formar parte de nuestras vidas, tanto que se ha convertido, en algunos casos, en un mal necesario que pudiera afectar nuestra salud. Y es que, si bien el uso excesivo de dispositivos digitales puede causar síntomas menores como ardor, irritación, ojos rojos o secos, picazón o lagrimeo, a veces las consecuencias pueden llegar a ser mucho mayor.
Esta situación empeoró durante la pandemia ya que, debido al encierro, las personas pasaban demasiadas horas frente a las pantallas de los celulares, computadoras, televisores o tablets.
No obstante, fueron los niños, niñas y adolescentes quienes estuvieron dentro de los más afectados, ya que muchos de ellos debían realizar clases online, lo que aumentó el uso de estos aparatos. Además, los más pequeños también lo utilizaban como una herramienta de distracción en el tiempo libre.
Lamentablemente, muchos no tienen en cuenta que el empleo abusivo de estos objetos hace que el ojo se exponga a un daño que, en algunas ocasiones, aumenta el riesgo de sufrir de miopía.
Por ejemplo, de acuerdo con un estudio realizado por un grupo de oftalmopediatras en Argentina, publicado en The Lancet, se señala que la progresión de este trastorno en chicos se aceleró alrededor de un 40% solo durante 2020.
“La miopía es ahora una de las principales causas de discapacidad visual prevenible y ceguera en todo el mundo, y su prevalencia está aumentando en muchas partes del mundo”, manifestó la investigación.
Pero esto no es todo, debido a que según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2050 una de cada dos personas en el mundo será miope y se calcula que, a consecuencia del escenario sanitario, estas proyecciones podrían ir en alza.
Además, la posibilidad de que la miopía aparezca es aún mayor cuando existen antecedentes familiares. Por esta razón, es importante tener en cuenta que durante la niñez se marcan las pautas para tener una visión sana a futuro.
Ante esto, la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil y médicos pediatras recomiendan los controles oftalmológicos desde el periodo neonatal y, posteriormente, a los tres y seis años; finalmente luego debe realizarse cada 2 años.
En esta misma línea, el Programa Médico Obligatorio establece como un derecho que las obras sociales deben entregar un par de anteojos por año hasta los 15 años de edad. Asimismo, cuentan con una red de ópticas prestadoras para que los afiliados puedan usarla cuando lo deseen.
¿Los lentes con filtros para la luz azul son la solución?
Una de las famosas soluciones para prevenir la afectación de la vista o sufrir del llamado síndrome visual informático, o fatiga visual digital, es el uso de anteojos que bloquean la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos.
Y es que el auge que ha tenido este tipo de lentes en los últimos años ha ido en crecimiento; aunque, para sorpresa de muchos, varios científicos afirman que su eficacia no iría a la par de la inversión que se debe hacer.
En este contexto, una investigación en Australia realizada en el 2021, y publicada en la prestigiosa revista American Journal of Ophthalmology, indica que el filtro azul no altera los síntomas de fatiga ocular que se producen por el uso de pantallas, esto luego de compararlos con lentes tradicionales.
De hecho, la idea de que estos objetos puedan proteger la retina de los daños hizo que la óptica Boots, ubicada en el Reino Unido, debiera pagar una multa de 40.000 libras tras ser denunciada por realizar promociones “engañosas y sin fundamento” acerca de este tema.
Ante estos resultados, los especialistas recomiendan, en el caso de los menores: limitar el uso de dispositivo, promover las actividades al aire libre dos o tres horas por día y mantener los ojos hidratados, ya sea pestañeando más seguido o hidratando los ojos con lágrimas artificiales.
Adicción a las nuevas tecnologías
Cerca del 30% de los problemas visuales que presentan los niños son consecuencia del uso aparatos electrónicos. De acuerdo con varios estudios, uno de cada tres menores dedica más de tres horas diarias a estar en Internet o a divertirse con videojuegos.
Sin embargo, más allá del riesgo físico que ya hemos hablado, también hay preocupación por la adicción que origina en algunas personas el uso constante de estos dispositivos tecnológicos.
En este sentido, la OMS, así como la Sociedad Argentina de Pediatría, recomienda que es partir a los 2 años de edad cuando los pequeños pueden comenzar a pasar tiempo delante de una pantalla, aunque advierten que no sea más de una hora.
Por su parte, la Asociación Americana de Psiquiatría manifiesta que los síntomas de adicción a las nuevas tecnologías en un niño son parecidos a las que tiene un individuo que consume alcohol o drogas.
Ante esto, llaman a estar pendiente de las siguientes señales: todo para los chicos empieza a pasar a segundo término, incluso actividades que antes eran placenteras; crece el aislamiento hacia el resto de la familia; discuten fácilmente y no atienden a razones y utilizan la mentira para justificar o tapar algunas de sus conductas.
Cabe destacar que la OMS aún no considera el uso excesivo de las plataformas y herramientas digitales como una adicción, aunque sí se está convirtiendo en un problema de salud pública. Debido a esto, la UNICEF llama a tratar de encontrar el equilibrio entre el Internet y el mundo real; además de promover relaciones seguras y positivas en los niños y niñas con las personas que los rodean.
Por todo esto, si bien no se puede negar los beneficios que la tecnología ha traído al mundo, también es aconsejable aprender a cómo enfrentarla, para que sea un instrumento que siempre sume y no que reste a nuestra calidad de vida.