
Importancia de la acción colectiva
“Existen enfermedades que están cargadas de connotaciones morales. Hay padecimientos del cuerpo o de la psiquis que representan estigmas del alma. Tal es el caso de la lepra, la sífilis, la locura y el SIDA. No ocurre lo mismo con todas las dolencias, nadie pone en duda la moral de un diabético por el sólo hecho de que sufra esa enfermedad. Tampoco se margina a los asmáticos ni es vergonzante la hepatitis, a pesar de ser infecciosa y contagiosa.” (1)
En las instalaciones del Hospital Iturraspe funciona la Asociación de Cuidados Paliativos, está constituida por un grupo interdisciplinario de profesionales cuya principal tarea consiste en enfrentar al HIV desde una perspectiva diferente.
A.CU.PA señala que las personas infectadas deben seguir viviendo en sociedad al menos por dos razones: la primera es que salvo en lo referente a las relaciones sexuales sin protección, las transfusiones de sangre y el uso compartido de agujas hipodérmicas, esas personas no entrañan peligro alguno para las demás. La segunda razón es que las amenazas de exclusión las empujarían hacia la clandestinidad haciendo peligrar gravemente los programas educativos y las estrategias de detección de la enfermedad. Así, el objetivo central de A.CU.PA consiste en fomentar actitudes de compromiso con la vida y la solidaridad para evitar es aislamiento social de los infectados y la propagación del virus. Esta perspectiva supone asumir la responsabilidad colectiva de hacer frente a la epidemia mundial cuya proyección y dimensiones definitivas no podemos predecir. La conciencia de la fuerza colectiva exalta el sentido de la responsabilidad social.
La prevención del HIV y su control son sólo posibles a través de la información, la educación y la promoción de prácticas sexuales sin riesgo. También es fundamental realizar pruebas periódicas completas de sangre. El trabajo debe apuntar a que la comunidad reconozca al SIDA como un problema propio, puesto que, esta enfermedad sólo se superará mediante la acción solidaria entre sanos, portadores y enfermos.
Referencia: (1) Díaz, Esther. La sexualidad y el poder. Editorial Almagesto Rescate, Buenos Aires, 1993.