
La búsqueda de oportunidades desde el ejemplo y la dedicación
El Cronista Regional dialogó con otro de los jóvenes talentos que posee Felicia: Erika Guse, 23 años, nacida el 8 de febrero de 1979 en Pilar, desde donde llegó a Felicia a muy corta edad con su familia. Cursó la escuela primaria y secundaria en el Colegio “San José”, que este año celebrará su 40º aniversario. Cuando llegó el momento de cursar los estudios superiores, la elección no fue fácil. “Por un lado -recuerda Erika- estaba la decisión vocacional, con todas las dudas que ello trae aparejado; por el otro, el hecho de tener que dejar el pueblo. Me decidí entonces por la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, que se dicta en la Universidad Católica de Santa Fe y de la cual estoy en el tramo final: la tesis”.
En ese sentido, cuenta que el hecho de no tener que cursar ninguna materia en la facultad, sino solamente realizar una tarea de investigación y defensa del proyecto de tesis, “me permite hoy estar de vuelta en Felicia. Es significativo porque me da la posibilidad de realizar una actividad por mi pueblo como miembro del Grupo de Apoyo de la Biblioteca Popular Felicia, coordinando junto a otra persona a los adolescentes en tareas de promoción, recolección de libros y actividades diversas que surgen de las necesidades de la Biblioteca”. “Al mismo tiempo -agrega- estoy compartiendo los saberes aprendidos con los niños de la Escuela Particular Incorporada de Jornada Completa Nº 1152 “San José” con Orientación Agropecuaria, dictando un Taller de Periodismo”. Erika completa su nutrida actividad con tareas en el mismo establecimiento referentes a comunicación interna y externa.
Cuando cursaba la Licenciatura realizó pasantías en periodismo gráfico y radial; y trabajó en comunicación institucional. “Como todo joven de la Argentina de hoy -reflexiona- es mi deseo poder vivir de aquello en lo que me formé: la comunicación social. Una de las principales falencias de nuestro país es la escasa importancia que le otorga a los jóvenes graduados que, al momento de recibirse, no pueden conseguir empleo y tiene que elegir trabajar en otra cosa o, si su situación económica lo permite, irse del país para poder ejercer”.
Erika además escribe. Ella vuelca en sus poesías sus sentimientos, donde afloran el amor, el dolor, la impotencia de lo que se vive y ve todos los días. Es real cuando interpreta el sentir de nuestros jóvenes diciendo: “si no somos nosotros los que estafamos a las personas, jugando con ilusiones… los que prometemos para después no cumplir… somos simplemente los jóvenes de hoy el futuro de la humanidad”.