
La Quebrada de Humahuaca es Patrimonio de la Humanidad
La Quebrada de Humahuaca, uno de los paisajes más singulares del noroeste argentino, fue declarada Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La noticia se conoció en París, donde se desarrolla la XXVII Reunión anual del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, organismo que seleccionó a 45 nuevos sitios.
Según se informó a la prensa, el cambio en la presentación en la Unesco -de itinerario a paisaje cultural- responde a la Quebrada es un tramo de un itinerario, el camino del Inca, que abarca a otros países de la región y que va desde la provincia de Córdoba al Alto Perú.
Esa riqueza argentina
Volcán, es el primer pueblito de la Quebrada, desde San Salvador de Jujuy, con una laguna que ofrece abundantes pejerreyes. Más adelante esta Tumbaya, a 2.094 metros de altura con su capilla del siglo VIII y un manantial donde, según la leyenda, bebió San Francisco Solano.
En ese lugar, en oportunidad de un viaje inolvidable, este cronista pudo observar, en medio de una tranquilidad asombrosa, los puestos de venta de prendas tejidas con lanas de huanaco o llama.
La feria artesanal de Purmamarca, el museo de historia nacional construido en 1772 en Posta de Hornillos y los carnavalitos de Maimará son otras de las atracciones de la Quebrada.
En Purmamarca, el tiempo se detuvo hace tiempo y las personas transitan las calles como hace cientos de años. Una mirada hacia cualquiera de los puntos cardinales es una postal. El cerro de los siete colores es una obsesión de los visitantes, que recorren las callecitas del pueblo entre puestos de venta de productos regionales.
La iglesia del lugar, presenta una construcción llamativa, con aberturas y cielorrasos de cactus. Casi en su patio, descansa un algarrobo histórico, que en su corteza guarda las huellas del tiempo y el espacio de antiguos pobladores.
En Tilcara, se revive la tradición aborigen con la presencia de la fortaleza de Viltipoco, último cacique de la tribu de los omaocas que ofrecieron tenaz resistencia a la colonización española.
Es famoso el Pucará de Tilcara, lugar desde donde los aborígenes resistían los ataques colonizadores. Una serie de construcciones de piebra “se oculta” en las alturas, pasando desapercibida en el rústico y árido paisaje de la puna.
En un museo del lugar, este cronista se impresionó con las momias, en las laderas con los revolucionarios sistemas de riego, o las fosas de piedra donde eran enterradas, junto a sus pertenencias, las personas en el ocaso de la vida.
En las serranías de Huacalera, un monolito indica el cruce del Trópico de Capricornio y luego aparece el pueblo de Humahuaca, que lleva el nombre de la Quebrada, con sus casas de adobe, callejuelas estrechas y empedradas y la iglesia con sus cuadros de la escuela de Cuzco, Perú.
Allí, un niño con rasgos aborígenes, se ganó unas monedas al relatarnos con una precisión asombrosa, una síntesis de la historia del pueblo, del Monumento de la Independencia, del reloj de la Iglesia y las costumbres.
Las comidas típicas nos deleitaron en un comedor netamente colonial, con música folklórica en vivo, rompiendo el silencio de la fría noche de verano.
En todo el recorrido, los colores de los cerros y montañas son el rasgo distintivo que ilustra la Quebrada de Humahuaca, un tesoro natural que alumbró la cultura aborigen durante siglos, heredada hoy por los pueblos del norte argentino.
El futuro
El gobierno argentino reveló la posibilidad de obtener un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para los circuitos turísticos-culturales de Salta y Jujuy. Ambas provincias cuentan con una fuerte promoción que, sin embargo, no se condice en igual proporción con la infraestructura necesaria para el turismo nacional e internacional.
En ese sentido, de acuerdo a la experiencia de este cronista, los sucesivos gobiernos de Salta han trabajado más eficientemente en materia turística. En Jujuy, la realidad es otra y por eso vale la comparación.
En uno de los viajes de este cronista, que se retrata en la galería de fotos que acompaña este artículo, quedaron en evidencia falencias en varios aspectos y el atraso de sus poblaciones.
Cualquier inversión deberá contemplar la promoción de las comunidades que hoy son artífices de la conservación de las tradiciones y las costumbres, herencias culturales que hoy naufragan en la pobreza y la miseria.