En España se fabrica un auto con motor de aire comprimido
Coche con motor de aire comprimido en España Crédito: Moteur Developpement International

En España se fabrica un auto con motor de aire comprimido

Se reunieron en Madrid un grupo de los máximos responsables de la automoción en España para conocer personalmente el estado actual de la puesta en el mercado del coche con motor de aire comprimido MDI. Entre ellos se contaban el Director General de Política Tecnológica D. Arturo González, miembros del INSIA (Instituto Universitario de Investigación del Automóvil), un secretario de Estado, un asesor del Gabinete de la Ministra Ana Birulés y varios ingenieros especializados en nuevas tecnologías.

La presentación fue realizada por el representante oficial de la marca, D. Miguel Celades, quién hizo una breve exposición multimedia, explicando la viabilidad técnica y comercial del producto, así como el estado actual del proyecto. En la reunión, que despertó un gran interés entre los miembros, se invitó a MDI a realizar la homologación de sus vehículos en ese país y se planteó la necesidad de llegar a la fase industrial, para que el antiguo Ministerio de Industria y otras instituciones nacionales puedan comenzar sus actuaciones de apoyo.

El coche con motor de aire comprimido MDI se presenta como una de las mejores alternativas para el transporte urbano no contaminante. Dado que su fuerza motriz no se basa en la combustión sino en la expansión del aire comprimido, por su tubo de escape solo sale aire limpio a una temperatura de 15 grados centígrados. Este importante valor medioambiental compite con sus prestaciones económicas: su consumo en ciudad es de menos de un euro a los 100 km., consiguiendo un gasto económico casi 10 veces inferior a los actuales coches de gasolina. Por otra parte, las futuras aplicaciones del motor en otros sectores (náutica, cogeneración, etc), hacen prever el desarrollo de nuevas industrias paralelas al margen del sector de la automoción.

Las ventajas medioambientales del motor de aire hacen que diferentes instituciones públicas tanto españolas como de todo el mundo, se interesen por su rápida implantación en sus ciudades. El Gobierno de la Generalitat de Cataluña ya estuvo hace unos meses en la fábrica de prototipos de Niza y desde entonces se mantiene informada periódicamente de sus avances. Algunos Ayuntamientos, como el de Onil en Alicante, Playa de Aro en Gerona o Salobreña en Granada, han enviado a sus responsables de medioambiente para interesarse en la compra de vehículos para sus flotas y en la posible implantación de las primeras fábricas en sus localidades. Otros países como Italia, China, República Sudafricana, Israel, Cuba y Francia han demostrado también un gran interés enviando distintas delegaciones la sede central de la empresa sita en Niza (Francia) y a la oficina de expansión comercial en Barcelona.

-“Si bien el proyecto se está desarrollando en Francia”, – comentó Celades, “en MDI se habla español. Nuestro país se ha convertido en claro protagonista del proyecto al haber sido el primer país del mundo en haber adjudicado todas las licencias de fabricación de los coches y en ser sede de su expansión mundial”.

“El coche se conoce más en España que en la misma Francia, de donde es originario, dado que hemos sido noticia en los informativos de tres de las cinco cadenas de televisión y portada en varios periódicos de ámbito nacional. A fecha de hoy tenemos 16.000 coches solicitados, lo que supone una expectativa de negocio directa de casi 150 millones de Euros tan solo en nuestro país”.

David y Goliat

Frente a los macronúmeros que esta nueva tecnología suscita, existe un presente que es bien distinto. Los titulares en Francia hablan de su inventor y director general, Sr. Guy Nègre, como uno de los futuros multimillonarios de los próximos años. Pero en la actualidad la empresa cuenta con tan solo 50 empleados frente a los más de 1.000 ingenieros en nómina que tienen algunas de las otras marcas europeas.

Nègre ha tenido que recurrir a la financiación con capital privado desde sus inicios. Nos comenta: -“Llevamos casi diez años pagando sueldos, con las importantes cargas sociales de Francia y realizando un intenso trabajo de I+D, es decir “probando y rompiendo piezas” sin que hayan empezado aún los ingresos por venta de coches. Todo esto supone mucho dinero que, hasta la fecha, ha salido de los pagos a cuenta de las licencias de fabricación y del bolsillo de unos trescientos pequeños accionistas que han creído en el proyecto”.

-“La mayoría de entidades públicas en el ámbito europeo nos han prometido sus apoyos, pero éstos llegarán cuando consigamos, mediante la autofinanciación con capital privado, la homologación del coche. Y para conseguir la homologación tenemos que poner a funcionar nuestra nueva planta de fabricación en serie, para poder presentar una veintena de coches tal y como van a salir al mercado. Todo esto es lo que ha llevado a algunos retrasos en la llegada del coche al público final”.

“Necesitamos por tanto que, para la fase de lanzamiento en la que estamos inmersos, acudan empresarios a conocernos y que participen en esta iniciativa. Y no lo pedimos de forma altruista, puesto que el proyecto es tremendamente lucrativo, generará miles de puestos de trabajo y muchos beneficios. Somos la única marca que ha planteado una fórmula de negocio que permite la participación de empresarios independientes en la fabricación y venta de coches. Hemos realizado una gran parte del trabajo aunque queda mucho por hacer y es ahora el momento de posicionarse en esta nueva industria.”

Y mientras tanto se siguen produciendo, tan solo en Europa, decenas de miles de muertos anuales por causas directas de la contaminación. La única solución posible es la que se aplica en las mayores ciudades del mundo, como Londres, Milán, Sao Paulo, México, Estrasburgo, Santiago de Chile, etc., consistente en la prohibición o restricción del transporte privado metropolitano y el establecimiento de tasas por circular en los centros urbanos. No obstante estas medidas hacen que el vehículo, como transporte urbano, pierda su uso más fundamental. Tal vez fuera más inteligente apostar por soluciones ya existentes que no tener que renunciar a nuestra necesidad de movilidad.

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