
Peligra el aire que respiramos
El aire que respiramos se está convirtiendo cada vez más en un grave problema, a pesar de todos los esfuerzos de protección medioambiental que se realizan en el mundo, la contaminación aumenta. También se ha descubierto recientemente que el aire transporta a miles de kilómetros sustancias contaminantes, las cuales provienen de centros industriales, a zonas no contaminadas.
Se ha comprobado recientemente que en lugares poco industrializados de Suecia, se pudo apreciar una gran acidificación fuerte en los suelos y en los lagos, de la que nadie encontraba explicación en un principio. Esto es debido al aumento producido en la actividad volcánica a partir del año 1940, motivado a los procesos de combustión y de roturación agraria, además por los incendios de grandes superficies, lo que ha hecho ascender sobre todo, el contenido de polvo en el aire.
A la vez, se incrementó un adicional de contaminantes, los cuales provocan modificaciones climáticas a escala mundial. Esto se debe a la creciente obtención de energía mediante la combustión de materias primas fósiles como carbón o petróleo, los cuales incrementan en la atmósfera el contenido de dióxido de carbono en el aire.
Otro peligro es el deterioro de la capa de ozono, la cual se encuentra situada entre los 10 y 50 Kmts. en la atmósfera terrestre, problema que es debido a la presencia de cambios químicos, denominados clorofluorcarbonos, los cuales se utilizan como gases propelentes de aerosoles cuyo objetivo es destruir la capa de ozono, permitiendo de esta manera la filtración de la radiación ultravioleta, ya que la misma destruye el crecimiento vegetal, animal y en la cadena de alimentación de los peces, provocando el denominado cáncer de piel en los seres humanos.
Observaciones realizadas hace aproximadamente cinco años, indican que en el polo sur se produce siempre, esencialmente en primavera, una reducción de la capa de ozono, de acuerdo a recientes mediciones, es de un 40%. Además se ha incrementado el contenido de dióxido de carbono en nuestra corteza aérea, la que puede provocar un enfriamiento en la atmósfera y retardar así los procesos naturales de la descomposición del ozono.
Por ello resulta imprescindible una mayor investigación de las diversas sustancias en trazas atmosféricas y de su importancia en la química del aire, al fin de introducir técnicas ecológicas de obtención de energía; y de esta manera las nuevas generaciones puedan respirar aire sin preocupación.
Por Baltazar Carlos Torres. Fuente: El informe Bayer, año 1987.