
Productores revelan una de las causas de la inundación de Elisa
En el km. 109.75 de la Ruta Provincial Nº 4 -en inmediaciones de Estación La Clara- debería haber un puente o al menos alcantarillas de mayores dimensiones para drenar los excedentes hídricos hacia el noreste, en la zona sur del dpto. San Cristóbal. Sin embargo, hace 30 años se decidió una canalización paralela a esa ruta provincial que se proyecta en dirección a Elisa, burlando los cauces naturales de los arroyos San Antonio y San José.
El Cronista Regional accedió a borradores de notas que productores de la zona de Capivara -dpto. San Cristóbal-, elevaron a autoridades, donde se describe la realidad de cientos de hombres de campo que sufrieron las inundaciones de los últimos meses.
Los afectados consideran que si bien padecieron un fenómeno que superó todo pronóstico, “es posible que con pequeñas obras, se evite tanto desastre. Hemos soportado un nivel entre 0,60 y 0,80 mts. de agua sobre la superficie de los campos, que en la peor inundación había llegado a 0,15 mts. sobre el suelo” revelan.
Como productores y lugareños, fundamentan que la corriente natural o bajos naturales corren en dirección noreste, buscando la cuenca del Arroyo San Antonio tal cual lo demuestra el recorrido del Arroyo San José. Un plano que observó este medio muestra esta situación, cuyo punto de referencia se señala en el mapa que acompaña esta nota.
“Lo que ocurre -explican los productores- es que al llegar, dicho arroyo, a la intersección con la Ruta Pcial. Nº 4 – Km. 109.75, se encuentra con una insuficiente alcantarilla que demora su caudal; lo que provoca un embalse de agua, (que sobrepasó la carpeta asfáltica sobre un terreno completamente llano), y que cambia su dirección artificialmente, drenando la masa de agua en forma paralela a la citada Ruta Pcial., sobre un canal colector que arroja sus aguas al Distrito de Elisa, inundando todo los campos al sudoeste de dicha ruta incluyendo la zona urbana; por no ser suficientes los canales derivadores para volcar en el Arroyo Cululú”.
Como conclusión se advierte que “es indispensable permitir el drenaje del A. San José por su cuenca, a través de una ampliación y profundización de la alcantarilla ya existente. También la canalización y limpieza en todo su recorrido, es primordial, para no transportar nuestra emergencia, a otros productores cuenca abajo. Además se necesitan más alcantarillas y de mayor tamaño, entre los km. 100.00 y 109.75, a fin de que la Ruta Nº 4 no haga de dique de contención, lo que quedó fehacientemente demostrado al superar el metro de desnivel entre las banquinas Suroeste y Noreste de dicha ruta”.
La clara descripción de la realidad de esta región que comprende el sur del dpto. San Cristóbal y norte de Las Colonias, tiene un costado lamentable, es decir, las consecuencias que provocó la ausencia durante décadas de un plan integral de obras hidráulicas en la región.
“Las pérdidas que debemos apechugar -concluyen- nos hacen retroceder entre 3 y 4 años de producción, ellas son: ventas forzosas de animales sin reposición, mortandad, enfermedades, pérdidas de pasturas artificiales y naturales entre el 80 y 100 por ciento, escasa recolección de cosechas, etc”.
Una escena que se desarrolló en el corte que decidió el Ministro de Obras Públicas de la Provincia, Ing. Edgardo Berli, cuando la masa de agua había invadido el distrito Elisa, y donde permanece el ahora fatídico puente bailey (ver nota relacionada), permite describir las falencias de esa repartición (junto a su Dirección de Obras Hidráulicas) en el manejo de los recursos hídricos y la disociación de la máxima autoridad provincial respecto de la realidad del interior. “Quien hizo esta burrada” habría dicho Reutemann, ante la mirada de productores y autoridades de la comuna de Elisa, mientras observaba pasar un torrente por una cuneta realizada con la intención de desviar el agua para que no entre al pueblo. Pero la cuneta iba… en dirección al casco urbano de Elisa que ya estaba totalmente anegado.
Hoy, alrededor del éjido se realizan obras de alcantarillado, que quién sabe cómo funcionarán ante una nueva sucesión de lluvias extraordinarias.