
Proyección global y competitividad como bases en la agenda de Copal
El fortalecimiento de la competitividad como clave para el desarrollo regional y la proyección al mundo fueron los ejes del panel que integraron el economista Nadin Argañaraz, director del IARAF; Fernando Guntern, presidente del departamento de Política Fiscal de Copal; el economista Gustavo Idigoras, y el vicepresidente de Copal, Osvaldo Capellini.
“La Argentina cuenta con la presión tributaria más alta de su historia, a niveles similares de los países de la OECD -en su traducción, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico- sin contar la seguridad social. De hecho, la presión tributaria provincial aumentó 62% en los últimos diez años, con los mayores aumentos registrados en los impuestos de Ingresos Brutos e impuesto a los sellos”, dijo Argañaraz, y señaló que los niveles de carga impositiva son asfixiantes ya que, “de 100 pesos que paga un consumidor, el 42% va al Estado”. Según su análisis, la presión impositiva provincial aumentó porque “lo que las provincias no reciben por coparticipación, incrementan sus tasas para mantener el nivel de gastos”.
En este sentido, para el economista el punto neurálgico está en el gasto público: “Mientras no haya cambios al respecto, no habrá modificaciones en los impuestos”, y advirtió que “cada nivel de gobierno actúa como si el contribuyente fuera exclusivo suyo”.
Asimismo, Guntern presentó los lineamientos de política fiscal publicados en el libro de propuestas de Copal. Entre ellas, Copal propone la necesidad de volver al ajuste por inflación en el impuesto a las ganancias, así como adecuar la alícuota efectiva a los niveles de la región.
En cuanto al impuesto al cheque, la propuesta incluye llegar a que gradualmente ese tributo se compense 100% con distintos impuestos y seguridad social. A su vez, el impuesto a la ganancia mínima presunta debería eliminarse. Respecto del impuesto a los ingresos brutos, debería establecerse una alícuota no superior al 1% y beneficios adicionales para pymes.
Finalmente, Guntern anticipó que sería imprescindible la “unificación de regímenes de recaudación de tributos provinciales y municipales”.
Sostenimiento
Gustavo Idigoras resaltó la necesidad de aprovechar los mercados mundiales para acompañar el crecimiento de la industria de alimentos y bebidas. “El mundo trabaja sobre acuerdos comerciales: UE, Chile, Ucrania y China son los que más tienen. En cambio, la Argentina está muy atrás con sólo cuatro acuerdos vigentes”, precisó.
Sin embargo, el economista resaltó: “Estamos en un mundo altamente proteccionista y que busca que Argentina exporte materias primas, sin el agregado de valor. El valor agregado implica generación de empleo que se da en la etapa final de la cadena”.
En el mundo se están discutiendo mega acuerdos internacional, en los cuales el Mercosur no participa. “La agenda del Mercosur son acuerdos con países como Líbano, Túnez y Jordania. Hay 63 negociaciones abiertas y el Mercosur no participa en ninguna”, apuntó Idigoras. El Mercosur necesita transformarse para poder sobrevivir y “tenemos al MS en terapia intensiva, pero puede revivir si se activan las negociaciones con la Unión Europea”, se esperanzó.
El vicepresidente de Copal, Osvaldo Capellini, puntualizó que la Argentina cayó varios puestos en el ranking de exportadores, mostrando que hubo pérdidas de competitividad. “Hubo políticas que ayudaron a la caída”, tiró. También dijo, según proyecciones de la FAO, que “los precios van a ser medios en el futuros y van a ser rentables en la medida en que la Argentina sea competitiva”.
Capellini señaló que “hay un gran mercado esperando, pero habrá que pelear para poder ingresar allí, y para que las políticas tengan efectividad se requiere un ambiente macro e institucional lógico”.