
Un encantador intercambio cultural
Parecían amigos de toda la vida. La sintonía con un pueblo hermano, con orígenes comunes, con historias de vida ligadas por el destino, neutralizó las barreras idiomáticas y permitió superar las expectativas de un encuentro que estaba llamado a quedar en la historia.
Gabrielle Gux, presidenta comunal de Sankt Niklaus, junto a Marzell Chanton –empresario- y su esposa Francisca, llegaron con ansias a Humboldt para conocer no solamente el pueblo con el que entablaron un hermanamiento, sino también para recuperar los vestigios inmigrantes y conocer familias de un frondoso árbol genealógico.
Fueron seis días de intensidad. En primera instancia, la delegación suiza arribó a la Comuna de Humboldt donde fueron recibidos por el presidente comunal, Adrián Bender. Llegaron acompañados por quien sería su guía en toda la estadía, el Padre Bernardo Blanchoud, cura párroco de esta localidad e impulsor de este verdadero “hermanamiento cultural” que se firmó en mayo pasado con el pueblo suizo.
Autoridades y visitantes recorrieron instituciones educativas del pueblo, como el Instituto Centenario de Humboldt y la escuela de educación técnica Mercedes Álvarez de Segura. Más tarde, fueron partícipes de la inauguración de un monolito ubicado en el ingreso a la localidad, que simboliza los hermanamientos de este pueblo con comunidades suizas. La bienvenida estuvo a cargo de los integrantes de la “Asociación Suiza Wallis de Humboldt”, quienes los esperaban con trajes típicos y bombones para darles un grato recibimiento.
Por la noche, se disfrutó de una cena con clima familiar en las instalaciones de la mencionada entidad, oportunidad en la cual hubo intercambio de presentes, se observó un video institucional sobre el perfil de Humboldt y se ratificó el acuerdo de hermandad que tendrá un nuevo capítulo el año próximo, con el viaje de un joven humbolense a Sankt Niklaus.
Camino al andar
“Estamos muy a gusto y nos sentimos muy cercanos a ustedes”, expresó con emoción Gaby Fux al pronunciar unas palabras en la cena de camaradería. Habló de los orígenes de su pueblo y comentó que hace unas décadas se encontró un brazalete que data de 500 años antes de Cristo, un testimonio de los primeros pobladores del Alto Valle del Valais. El nombre, Sankt Niklaus, aparece por primera vez en el año 1200 de nuestra era y recién en 1864 –apenas cuatro años antes de la fundación de Humboldt- adquiere la característica que tiene en la actualidad.
Fux advirtió la importancia que tuvo al gestión del presidente comunal Vittel en la década del 40, para que una sucursal de la empresa Bosch se instalara en ese pequeño pueblo de un poco más de 1000 habitantes. Pasaron los años y la Scintilla se convirtió en el corazón de St. Niklaus. Hoy su director, Marzell Chanton, visita Humboldt. “En la actualidad, Scintilla da trabajo a 550 personas y cumple un papel muy importante para toda la región”, relató.
Añadió que el turismo es la otra fuente de ingresos del pueblo, con más de 30.000 plazas ocupadas anualmente por visitantes de todo el mundo. Son 2370 los habitantes que viven en St. Niklaus, enclavado en el valle más profundo de Suiza, denominado de Nicolás o Zermat. “El hermanamiento que sellamos, no es más que una amistad que ha crecido y que está llamada a continuar en el tiempo. No importa donde vivamos o que hagamos en la vida, pero hay algo que no tiene precio que es la amistad”, reflexionó.
Junto al presidente comunal, Adrián Bender, recitaron una poesía titulada “El árbol de los amigos” y se fundieron en emocionado abrazo ante el aplauso del público. Más tarde, llegó el turno de los reconocimientos y la entrega de presentes, a los que se sumaron el presidente de la Asociación Suiza, Manuel Rey, y el diputado provincial y ex presidente comunal, Germán Kahlow , quienes recordaron los primeros pasos en este camino hacia el hermanamiento del cual participaron muchas personas.
En los días posteriores, la delegación suiza visitó la ciudad de Santa Fe, más precisamente el barrio de Yapeyú, donde también se interiorzaron sobre un proyecto destinado a la capacitación en oficios del cual podrían ser parte en el futuro. En Humboldt nuevamente, se reunieron con representantes de Rotary Club, recorrieron establecimientos rurales y visitaron familias, entre ellas, la de “Boby” Oggier y la de Edmundo Fux, cuyos padres llegaron desde St. Niklaus a estas tierras hace más de 120 años.
La hora del hermanamiento llegó. De los papeles se pasó a las vivencias. Cada hora se vivió a pleno. Cada foto, cada recuerdo, cada anécdota, nutrió los espíritus de los visitantes y de los anfitriones, quienes escribieron una página más en este libro de vida que representan los intercambios culturales.