El 65 % de los alumnos de una escuela está en situación de riesgo
Alumnos de San Cristóbal en situación de riesgo Crédito: El Cronista Regional

El 65 % de los alumnos de una escuela está en situación de riesgo

“El 65% de la población escolar de la Escuela EGB Nº 408 ‘Bernardino Rivadavia’ se encuentra en situación de riesgo” (indicador entendido como un estado de profundas deficiencias en el desarrollo vital -alimenticio, psico-físico y social- del alumno, producto de la inestabilidad socioeconómica en la que se sume su núcleo familiar de procedencia, lo cual dificulta el proceso de aprendizaje). Dentro de este preocupante porcentaje, “un 15% del alumnado practica la mendicidad y se registra un 5% de niños que trabajan siendo menores de edad (ventas ambulantes y changas). El 35% restante no puede encauzar en la escuela su requerimiento de ampliar las competencias culturales y formativas”. La dramática realidad fue revelada en el proyecto de investigación-acción “Aprender a convivir” -al que accedió El Cronista Regional- realizado por un grupo de docentes de séptimo año EGB del mencionado establecimiento (Graciela Argañaráz, Mariela Vera y Estela Monzón), que fuera presentado en el Tercer Congreso Internacional de Educación “Del conflicto y la violencia a la convivencia y la paz” llevado a cabo en la ciudad de Santa Fe, tras ser reconocido por el comité académico como una experiencia innovadora en el ámbito educativo de la provincia.

Las autoras concluyeron que esta situación de riesgo está determinada directamente por las problemáticas específicas derivadas de la crisis social, que germinan en el hogar y la familia para más tarde repercutir negativamente en la escuela. La malnutrición (los chicos reciben una escasa alimentación diaria); las carencias materiales y -en la mayoría de los casos- afectivas, etc., son algunos ejemplos concretos. Estas realidades generan efectos devastadores en el alumno afectado, dentro de su contexto extraescolar: pérdida de identidad, inseguridad, temores, desilusiones y resentimientos sociales, trastornos en la conducta, entre otros tantos.

Entre las anomalías que este cuadro de situación ocasiona dentro del espacio y del proceso escolar, identificadas por las docentes durante su experiencia e interacción cotidiana con los alumnos, pueden enumerarse: ausencias injustificadas y repetidas, producto de la escasa estimulación y compromiso con el estudio y la participación en clase; tendencia a dormirse habitualmente en clase y a llamar la atención con conductas fuera de lugar; falta de concentración e integración al grupo; manifestaciones frecuentes de tristeza, desánimo y desconfianza hacia el docente; regresiones madurativas (competencias verbales o cognitivas inferiores con relación a su edad, dificultades en el habla y en la comprensión lectora), etc.

“Con todo esto, los niños están imposibilitados a concluir positivamente la etapa escolar de adquisición de conocimientos y habilidades. Sobreviene así la deserción escolar, y los objetivos del proyecto educativo institucional quedan inconclusos”, sostienen las autoras.

“La escuela es caja de resonancia y depositaria de ilusiones y expectativas, pero también de conflictos socioeconómicos y culturales no resueltos. En pos de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida y de educación de los alumnos, “este trabajo busca instalar desde la experiencia práctica una alternativa digna para mejorar las condiciones de vida, la cultura del trabajo y la integración de la familia a la escuela”, concluyen.

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